Desde su formación en 2014, UADA ha subido como la espuma. Proveniente del noroeste del Pacífico, la banda lanzaró su álbum debut, Devoid of Light en 2016 a través de EISENWALD, y el boca a boca rápidamente hizo su trabajo: Aquí teníamos un grupo de Black Metal Mayúsculo, rebosante de poderío, alma, y arte. Dos años más tarde llegó Cult of a Dying Sun, mediante el cual la banda perfeccionó aún más su profano arte.
A estas alturas, algo más que el underground se empezaba a dar cuenta de que Uada estaba en boca de todos.
Ahora le llega el turno a Djinn, el tercer eslabón de la impía trinidad, y aunque su título pueda denotar simpleza, es bien sabido que no hay que juzgar un libro (o disco) por su portada, se trata de un álbum repleto de composiciones realmente ambiciosas y complejas, llegando a superar a la de sus predecesores.
El track homónimo abre el álbum, y de buenas a primeras resalta el nuevo sonido que propone Uada. El sonido no es tan compacto, pero, aun así, todos los instrumentos tienen su espacio y su oportunidad de brillar.
“Djinn” empieza con un riff pegadizo, con un rollo punk-rock / post-punk (una comparación un tanto extraña para un grupo de black metal, pero si se tiene que decir, se dice), que protagonizará toda la canción, aunque sufra ciertos cambios para encajar mejor con la atmósfera y la tonalidad del tema. Las baterías de Josiah (de sesión) suenan muy sólidas y el bajo de Nate ruje con furia.
A partir del minuto 4:40 empieza un pasaje más lento, denso, melancólico, y con voces más depresivas. Es aquí donde podemos destacar el rango vocal de Jake, que alterna entre mid screams, guturales y unos aullidos desoladores.
“Djinn” nos deja delante de “The Great Mirage”, que se introduce con una melodía al más puro estilo Dissection, nada mal para empezar. El tema no tardará en arremeter con una ráfaga de blast beats junto a un bajo machacón y unas melodías de lo más oscuras.
Esto se irá alternando con partes más lentas, donde se podrá disfrutar de un aura mística y más calmada. Los arreglos y harmónicos durante toda la canción ponen la guinda al pastel, aunque sin duda, lo mejor es la parte final a partir del minuto 4 aproximadamente, donde la canción adopta un aura más atmosférica y James nos reventará los sesos con un solo espectacular.
El siguiente corte del disco es “No place here”, que arranca llevándose todo por delante cual apisonadora. Sin embargo, este es el segundo tema más largo del LP, y ofrece todo un espectro de matices, melodías, intensidades y sensaciones que podremos ir desgranando a lo largo de todo el tema, dándole mucho protagonismo a sus partes más atmosféricas, incluido un pasaje de voces recitadas. Sin duda una montaña rusa de emociones, que se dice.
A continuación, nos quedamos ante el mejor tema sin duda alguna de este espectacular LP, “In the absence of matter” entra retumbando hasta más allá de las paredes del cosmos, con unas líneas de guitarras quizás un tanto melancólicas, pero de lo más alentadoras y potentes. La atmósfera etérea y esotérica es palpable, y hay una combinación muy interesante entre guturales profundos y aullidos devastadores.
Realmente, Djinn es un trabajo que da mucha importancia a las emociones y sensaciones que evoca cada minuto de duración, y me parece muy interesante como se distribuyen los temas: Tenemos la primera mitad, con temas directos aunque algo más planos, y una segunda mitad, mucho más densa y completa, en la que jugará un papel vital la atención que se presten a estos y la introspección que el escuchante haga para poder conectar lo más profundamente posible con la obra.
Nos acercamos al ocaso, y ahora es el turno de “Forestless”, el penúltimo tema del álbum. Unas melodías limpias nos mecen, a la vez que algunos arreglos ambientales simulan la caída de unas estrellas fugaces. Poco a poco, el resto de instrumentos se van introduciendo y van aumentando la intensidad de la canción, aunque en ningún momento a niveles caóticos; el ambiente se mantiene calmado y sereno gracias a las melodías y el trémolo, por mucho blast beat que haya por detrás durante todo el tema. Las melodías finales ponen los pelos de punta.
Finalmente, nos encontramos ante “Between two worlds”, ahora sí, el último y más largo corte del plástico junto a “No Place Here”, pero a diferencia de este último, el actual tema tiene una atmósfera mucho más oscura y mucho más cargada desde el momento uno: Las melodías son realmente lóbregas, la producción está mucho más saturada y las voces son profundas y graves, incluso hay por ahí un breakdown para terminar de darle una vuelta de rosca. Sin embargo, en los tres últimos minutos vuelven las melodías para despedir esta canción y poner punto y final al álbum.
En general creo que esto es una muy buena propuesta por parte de los Americanos, con una nueva producción muy sólida, que lleva a pensar que no solo están experimentando con ello, sino que están madurando artísticamente y van camino de definir un sonido y estilo propios. Si te gusta el black melódico con alguna pincelada de post/atmosférico, no dudes en pegarle un repaso a este pedazo de disco.
¡Gracias por tomarte el tiempo de llegar hasta el final del artículo! Me apasiona el metal extremo en la gran mayoría de sus vertientes, así que me veréis por aquí escribiendo a menudo sobre Black, Death, Grind y algún que otro proyecto underground de la escena local, a la que también aporto mi granito de arena de forma activa como músico.