Último día de AMFest y conclusiones

La compositora, pianista y cantante Lisa Morgenstern se encargaría de abrir la jornada del domingo en un día que amenazaba tormenta y por lo que no sufrimos el calor del viernes y el sábado, con la novedad de la desaparición del tercer escenario y tan sólo cuatro conciertos programados. Muy acertadamente, la organización optó por colocar sillas delante del segundo escenario durante la actuación de la alemana, quien arrancaría gran cantidad de aplausos y conseguiría mágicos silencios gracias a su mezcla de música clásica y el uso de sintentizadores. Mientras Lisa a menudo se veía obligada a cantar dando la espalda a la audiencia para llegar a tocar el teclado con una mano y los sintetizadores con la otra, se vio claramente que la cantidad de público de hoy sería notablemente inferior a los días previos. Pese a ello, se trataba de un número de asistentes nada desdeñable, y comparable al de ediciones anteriores. Cogerían el testigo en el escenario principal unos viejos conocidos que ya actuaron en la primera edición del entonces Aloud Music Festival, la del año 2013. Giardini di Mirò se marcaron un señor concierto, atrapándome por largos momentos con su post-rock variado y heterogéneo de múltiples influencias e hipnóticas y cinematográficas progresiones. Hicieron gala de veteranía en el escenario -llevan desde el 95 en esto- ante los pequeños problemas de sonido que se encontraron con los instrumentos de viento -trompeta y saxo- y dejaron claro una vez más que en el AMFest hay que fijarse muy bien en la “letra pequeña” del cartel para poder disfrutarlo del todo.

Volvíamos al segundo escenario para la primera actuación de Emma Ruth Rundle a Barcelona tras su cancelación forzosa en su anterior gira. Conocida por bandas como Red Sparowes y Marriages, la compositora estadounidense presentaba su último trabajo On Dark Horses –reseña aquí-, en el cual basaría la mayor parte del repertorio. La ejecución de los temas en directo se enriquecería con una mayor intensidad, ganando enteros en vivo y haciendo que su concierto pasase volando. Cuando nos quisimos dar cuenta, el hechizo se rompía cuando la banda que la acompaña abandonaba las tablas para que Emma, cercana y simpática en todo momento, volviese e interpretase en solitario la melancólica “Shadows of My Name”, del Some Heavy Ocean. El último bolo del AMFest 2018 sería también el más largo -90 minutos- y uno de los más esperados por parte de la organización. Llegaba el turno de animarnos sin dejar de lado la ensoñación con The Notwist. Pasando del indie-rock a la electrónica más experimental con sus mil y un chachivaches en escena, los alemanes demostraron el porqué de su renombre y hicieron vibrar la Fabra i Coats en un viaje sonoro lleno de giros y sorpresas.

Tras tres intensos días llenos de música y grandes momentos, si una cosa queda clara es que cuando a algo se le dedica tanto cariño y trabajo como el que le pone cada año la organización al AMFest, el resultado sólo puede ser muy positivo. Si una gran parte del público ya es un asiduo y hace suyo el evento y sus éxitos, es señal de que se están haciendo las cosas muy pero que muy bien. Está claro que siempre hay cosas a mejorar, pero más allá del excesivo calor dentro del recinto, que espero no se repita en el futuro, no se me ocurre gran cosa a añadir. Los precios tanto en la barra como en la comida eran asequibles y no había que esperar demasiado para ser atendido/a, los food trucks -pizza, crepes, burgers..- instalados a la entrada cumplieron con su cometido y tenían una oferta variada (si bien eché en falta a las chicas del catering AMFest, de las que me declaré ya en su día fan absoluto), la opción de poder salir y entrar libremente en cualquier momento siempre es de agradecer, los horarios de las actuaciones se cumplieron a rajatabla, los baños también fueron suficientes y se limpiaban a menudo, y la zona del merchandising era más grande que nunca. Y, por último y más importante, el ambiente y espíritu habitual del festival, ese buen rollo marca AMFest entre público, bandas y organización, se mantuvo intacto en esta edición, en la que pudimos sumar unos cuantos más a la lista de conciertos para el recuerdo. Ahora solamente nos queda esperar a 2019 para la siguiente edición de mi festival favorito de todos los que se celebran en Barcelona a lo largo del año. ¡Enhorabuena una vez más, AMFest!

Dani Navarro

Apasionado de la música en directo de casi cualquier género, si bien con predilección
por el post-rock, el progresivo moderno y el metal extremo.