Un alienígena, una calle y un cartel

Fotomontaje: Bob Egan

Hoy celebramos el 50º Aniversario de The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, uno de los mejores y más emblemáticos discos de la extensa carrera del Duque Blanco. De la visita a nuestro podrido planeta de este andrógino alienígena que buscaba transmitirnos un mensaje de esperanza ya se encarga nuestro compañero Xavi Garriga, así que aquí le vamos a dar un par de vueltas a la portada del disco. Comienza a disfrutar de los primeros compases de “Fiver Years” y vamos allá: “Pushing through the market square… so many mothers sighing…

Según la portada de la obra, Ziggy Stardust “aterriza” en pleno centro de Londres, más concretamente en el 23 de Heddon St., una pequeña calle en forma de U, la cual se accede desde la concurrida Regent St., a escasos minutos de Picadilly y Carnaby St. ¿Por qué Heddon St.? Resulta que Brian Ward, fotógrafo muy relacionado con Bowie y autor de la misma, tenía montado el estudio en esa misma calle y decidió que la fría tarde-noche del 13 de enero de 1972 sería una buena fecha para iniciar la sesión de fotos que vestirían el nuevo álbum de David Bowie. La sesión de fotos se empezó en el propio estudio de Ward y fue al empezar a caer la noche cuando el fotógrafo les propuso salir fuera para terminar la sesión en la misma calle. Se dice que en un principio la idea era que todos los Spiders posaran en las fotos, pero era tan fría la noche, además de ir acompañada de esa llovizna tan típica londinense, que ni Mick Ronson, ni Trevor Bolder, ni Mick Woodmansey, quisieron salir del cálido estudio de Ward para hacerse las pertinentes fotos a pie de calle, siendo únicamente Bowie quien aceptó la propuesta a pesar de encontrarse en ese momento con gripe.

La foto que fue elegida para ilustrar la portada del disco fue originalmente revelada en monocromo y posteriormente re-coloreada a mano por el ilustrador Terry Pastor, socio de George Underwood (si, el mismo responsable de la pupila de Bowie), al igual que ya se hizo con la portada de su anterior Hunky Dory (1971). En la que aquí nos concierne vemos a Ziggy, al lado de unas cajas y unas bolsas de basura, portando una Gibson Les Paul en una húmeda calle bajo una tenue luz de una farola. Ward quería aprovecharse de la tranquilidad que obsequiaba la poco transitada Heddon St., en contra posición a la siempre concurrida Regent St., y Bowie posó frente a la cámara para una veintena de fotos en diferentes localizaciones de la misma calle, vistiendo para el momento un mono diseñado por Freddie Burretti, sastre y modisto inglés creador de los principales atuendos de Bowie en la década de los setenta. Burretti, en referencia a Bowie, comentaba: “representa una idea de libertad: ser lo que uno quiere, vestirse de hombre o de mujer, ser homosexual o heterosexual, lo cual es un mensaje sumamente importante y liberador”. A parte de su música siempre me he sentido fascinado por la imagen de Bowie, toda esa parafernalia que siempre le ha acompañado como icono pop, como personaje: peinados, maquillaje, ropas, complementos… En la portada del disco que nos atañe, Ziggy, aún no ha finalizado su transformación, aunque ya en su peinado se pueden ver ciertos atisbos de lo que vendría semanas más tarde. Una vez lanzado el exitoso álbum, Bowie comenzó a dejarse el pelo algo más largo y a teñírselo de rojo. La transformación de Ziggy había empezado en esa misma sesión de fotos.

Si volvemos nuevamente a la portada, lo que más llama la atención es un cartel con fondo amarillo donde se rotula K. West, que pertenecía a una reputada peletería. Sus dueños, cansados durante años de la visita de fans y curiosos que querían emular la portada del disco y buscaban en su interior algún vestigio del alienígena, llegaron a mandar una carta a RCA pidiéndoles que por favor hiciesen lo posible para poder dejar de relacionar a su negocio con la figura de Ziggy Stardust. Durante un tiempo incluso se creyó que el rótulo de la peletería escondía algún mensaje oculto y algún que otro fan intento robarla en varias ocasiones, hasta que 1982 desapareció misteriosamente. En 2012, en una exposición sobre Bowie celebrada en The Movie Poster Art Gallery, una galería cercana al British Museum, apareció por sorpresa de nuevo el cartel, totalmente restaurado. La identidad del propietario se mantuvo en total anonimato e incluso había quien aseguraba que no se trataba del cartel original.

Para la contraportada se eligió una foto, también re-coloreada, de Ziggy dentro de una típica cabina telefónica londinense que se encontraba en dicha calle. Aparte del título de las canciones y algunas notas de crédito hay una frase que me entusiasma y dice así: «To be played at maximun volume”.

Me encantan las historias que hay detrás de las portadas de los discos de antaño, un romanticismo que poco a poco se ha ido perdiendo con tanta digitalización. Hoy en día, cualquiera con un mínimo de noción en arte gráfico y unas buenas herramientas, puede hacer un señor portadón, que los hay, no lo dudo. Me gusta mucho la esencia que hay tras la portada de ese disco, puedo reconocer ese Londres frío y húmedo y esas calles que, a pesar de estar a pocos pasos de una más principal y tumultuosa, esconden silencio y tranquilidad.

Quizás no tan conocida para el público en general como lo pueden ser el cruce de Abbey Road, Baker Street o Penny Lane en Liverpool, Heddon Street. sigue siendo el epicentro de peregrinaje de muchos fans de Bowie. Actualmente es una calle peatonal con algunas cafeterías y restaurantes (uno de ellos incluso se llama Ziggy Green), no hay ningún atisbo de esa oscuridad que reflejaba la portada y su cabina de teléfono hace años que pasó a mejor vida. Desde marzo del 2012, The Crown State, una especie de organismo del patrimonio público del entramado de La Corona británica, instaló una placa conmemorativa con motivo del 40 aniversario del disco en el mismo número 23 de la calle. La inauguración, con un Bowie ya apartado de la vida pública, estuvo presidida, entre otros, por Woodmansey, Bolder y Gary Kemp, miembro de Spandau Ballet y fan declarado de David Bowie. Por si todo eso fuera poco, desde el 25 de octubre del 2021 hasta el 23 de enero del presente año, se abrió en el número 14 de la icónica calle un local a modo de show-room llamado Bowie75, un proyecto que celebraba el 75 aniversario de Bowie y donde uno se podía encontrar salas de proyecciones, ropa expuesta del artista, fotografías inéditas… y como no, una buena parte de store donde comprar material lanzado de manera limitada. Al mismo tiempo, se hacía lo mismo en un local de Nueva York en pleno SoHo, próximo donde el artista pasó en la intimidad sus últimos meses de vida y grabó su último disco Blackstar (2016).

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Sobre Jaime Arjona 105 Artículos
Pota Blava y fanzinero de los 90. La música siempre ha sido una de mis grandes pasiones, y aunque el Metal es mi principal referencia, no he parado de moverme por diferentes estilos sin encerrarme a nada. Con los años el escribir también se convirtió en otra pasión, así que si junto las dos me sale la receta perfecta para mi droga personal. Estoy aquí para aportar humildemente algo de mi locura musical, y si además me lo puedo pasar bien…pues de puta madre.