Todo empezó en 1988 con una banda novel que respondía al nombre de Nihilist. Una banda seminal que diseñaría el futuro sonido de Estocolmo. Un death metal de esencia old school pero que quedaría lejos de su compatriota sonido de Gotemburgo. La batalla de escenas suecas separó el death sueco en dos estilos, el melódico y el old school.
En Nihilist nos encontramos con unos jóvenes artistas que acabarían despuntando en otras bandas de más impacto. Alex Hellid, Uffe Cederlund, L-G Petrov, Nicke Andersson, Leffe Cuzner y Johnny Hedlund. De aquí nacieron Entombed, The Hellacopters y Unleashed. Tres bandas completamente distintas en estilo e impacto, pero que se nutrieron de la esencia del death metal floridiano al puro estilo sueco.
El entonces bajista y vocalista de Nihilist Johnny Hedlund no cuajó bien en el sino de la formación y sus compañeros decidieron darle carpetazo. Esa separación supuso la reestructuración de Nihilist y su cambio de nombre final a Entombed. Por otro lado, Hedlund decidió embarcarse en su propio proyecto y fundó su nueva banda a la que puso por nombre Unleashed.
Su primera demo The Utter Dark (1990) comparte atributos e influencias de un sonido sueco que iba ganando relevancia en el panorama extremo europeo. Tras su segunda demo, Century Media les ofreció un contrato con el que publicarían su debut formal: Where No Life Dwells, el disco que hoy celebramos.
Where No Life Dwells es un disco brutal y es perfectamente el mejor plástico de los suecos que, pese a contar con hasta 13 álbumes en su discografía hasta el día de hoy, nunca fueron capaces de destronar su disco debut. Con poco más de 35 minutos de duración, Where No Life Dwells es una magistral oda al death metal más puro.
Separándose de su pasado con Nihilist, Hedlund se entrega a placer en un disco en el que siembra su nuevo estilo y su nuevo enfoque personal. Un death metal que toma la esencia de bandas europeas como Celtic Frost. Capaz de crear un disco atemporal y esencial, Hedlund aporta un estilo sombrío de proporciones violentas a la escena sueca.
Where No Life Dwells bebe de una influencia punk imprescindible. La energía acumulada en cada pieza junto a la habilidad de unos “noveles” artistas aportan una dosis de adrenalina extra a este impecable debut. El disco, además, está producido de una forma laboriosa que le da un sonido limpio excelente. Se nota la mano de Waldemar Sorychta en el sonido final del disco.
En cuanto a la musicalidad, los riffs densos y meléficos que saltan y se ejecutan sombríos se nutren de una base de batería muy sólida que, pese a no ser compleja, aporta profundidad y malevolencia al registro. Las voces cavernosas puras dedeath metal son profundas e inteligibles.
El disco arranca con una introducción de estilo folk, acústica y corta que se convierte en “Dead Forever”, la primera pieza propiamente dicha. Mezcla de guitarras y tambores, gruñidos, capas de pesadez sonora… una brutal pieza de arranque. Los riffs se van sucediendo a lo largo del disco, cada canción tiene un par de ellos de fácil audición y calidad asombrosa pese a no ser precisamente complejos. Esta es sin duda una de las mejores marcas de Where No Life Dwells .
Cortes como “Violent Ecstacy” o “Before the Creation of Time” son medios tiempos repletos de brutales trémolos y blast beats. La fluctuación en la intensidad te mantiene en alerta en todo momento. Porque la soltura con la que Unleashed despacha uno a uno los cortes del disco es notoria.
Y sin darte cuenta llegas al cierre Where No Life Dwells con la sensación abrumadora de haber sobrevivido a un temporal de death metal. Un disco soberbio y uno de los debuts más cojonudos de la escena sueca. Tan cojonudo que nunca fueron capaces de igualarlo.