Crónica y fotos del concierto de The Stranglers - Sala Razzmatazz 2 (Barcelona), 5 de marzo de 2023

Unos heroicos The Stranglers convierten la Razz 2 en un pub londinense de principios de los 80

Datos del Concierto

Bandas:
The Stranglers
 
Fecha: 5 de marzo de 2023
Lugar: Sala Razzmatazz 2 (Barcelona)
Promotora: Eclipse Group / RRS-Promo
Asistencia aproximada: 800 personas

Fotos

Fotos por Josep Maria Llovera / iMago mei

La pandemia se cebó especialmente con The Stranglers, una de las bandas británicas más especiales de la escena rockera y unos auténticos supervivientes en todos los sentidos. Durante el tiempo de encierro perdimos a Jet Black y a Dave Greenfield, el primero de ellos, por Covid. Tuve la suerte de verles hace algunos años en Barcelona y tenía marcada a rojo esta fecha puesto que el tiempo pasa… Ellos se crearon en 1974 y poderles ver en tu ciudad casi 50 años después de su fundación… pues es todo un regalo.

Antecesores del punk, abiertos completamente al post punk y con indagaciones constantes al progresivo, The Stranglers, terminaron siendo una agrupación admirada, respetada y clásica al nivel de The Damned. Ambos auténticos pioneros. La sala mediana de las Razz se vistió de gala y registró una entrada muy potente, cercana al sold out a pesar de que había centenares de ingleses que por momentos convirtieron aquello en un pub. También toca añadir que la mediana de edad era bastante alta.

Bajo luces rojas sonó la clásica intro inquietante de “Intro (Waltzinblack)” para pasar luego a “Toiler on the Sea” del disco Black and White. Muchos teclados, gran sonido y la presencia imponente de Jean-Jacques Burnel al bajo. Empezaron fuertes y siguieron insistiendo a golpe de clásico con “Duchess”, con un gran Baz Warne cantando bien armado con su guitarra. Cánticos y saltitos en primeras filas pues el tema es un himno con todas las de la ley.

Sospecho que algunos de los coros estaban enlatados, pero los teclados son el gran atractivo del grupo con esas tres líneas de teclas blancas y negras con las que juega Toby Hounsham. “Sometimes” (con luces azules) tiró de muchos coros y los arcos traseros que llevaban dieron mucho juego pues las luces aparecían y desaparecían. Tenías la sensación realmente de estar viendo a un grupo muy especial. Destacar el temple y los efectos de toms y caja sintetizados de Jim Macaulay.

Buenas tardes, Barcelona”, espetó Baz desde el micro para luego atacar un “Water” con elementos muy progresivos y en la que cantó el gran jefe Burnel, solvente y con muy buenas maneras. “Never to Look Back” posee ese riff de teclado tan pegadizo, yéndonos más hacia terrenos post punk y de aires felices. Cayó la versión “This Song”, que hicieron suya en su día y que fue capaz de llevar a la sala hasta el punto de ebullición con unas primeras filas muy combativas a pesar de la media de edad general.

La gran balada “Strange Little Girl” hizo su aparición con Baz cantando apoyado por los teclados y algún juego percusivo de Macaulay. Realmente el fondo de armario de clásicos del grupo es envidiable. Tiempo para “Midnight Summer Dream” y esas líneas casi narradas mientras suena el sintetizador. Y entonces llegó uno de los grandes momentos: “Always the Sun”. Maravillosa canción atemporal que hizo que la gente sacase los móviles mientras los focos hacían de rayos solares en rojo y amarillo. Genial.

Quedaban los clásicos y la sala lo sabía, continuando con otra de las fundamentales: “Peaches” con luces violetas y con esa línea tan fantástica de bajo de Jean-Jacques. Pero es que luego se marcaron el “Golden Brown”, otra pieza de caza mayor y uno de los grandes clásicos del grupo a tiempo 3/4. Es una composición realmente inspiradora y emociona escucharla en directo. Y es que en ella derivan hacia lo que era el progresivo con una clase exquisita. “The Last Men on the Moon” reivindicó lo que es su nuevo disco Dark Matters de excepcional portada con esos moais.

“(Get a) Grip (on Yourself)” fue otro de los clásicos ineludibles con ese característico contratiempo de Macaulay. Aquí la Razz 2 ya estaba de fiesta de pub a principios de los 80, con esas líneas de teclado festivas y siderales dibujadas por un gran Hounsham. El presente bajo de su líder arrancó el “Sweden (All Quiet in the Eastern Front)”. Se incluyó un divertido solo de teclado bajo luces rojas y luego “White Stallion” de su nueva obra, que realmente nos descolocó un poco con esas voces de soprano enlatadas. Es de lo más experimental que han grabado.

“Walk on By” de Burt Bacharach les sirvió de homenaje para el fallecido maestro y compositor y para hacer de aquello una fiesta romántica. Esta canción les permitió un momento jam que agradecimos. Luego las teclas nos pusieron en alerta pues acometieron ese “I Feel like a Wog”, trepidante, que derivó hasta el “Straighten Out”, otro single de los que tienen que caer sí o sí. La verdad es que el grupo facturaba grandes temas de todo pelaje, pues aquí hay reminiscencias góticas inclusive.

Y antes de los bises nos regalaron el “Hanging Around”, uno de sus primeros éxitos del Rattus Novergicus. Sonó pendenciera, a ritmo de western y con un solo de guitarra y teclado a modo de canon. Otro de los grandes momentos de la noche de domingo. Ya en los bises la fiesta se prolongó con las fabulosas “Tank”, y como no: “No More Heroes”. Un simpático punk que nos había prometido que saltaría a escena en el último tema subió, bailó en escena y se lanzó luego entre el gentío. Buen final para un gran concierto.

The Stranglers era una cita con la historia y había que estar allí para celebrar una música que se acerca a su medio siglo de vigencia. El tiempo pasa y nuestros héroes van cayendo por lo que estar ante la presencia de Jean-Jacques Burnel fue un regalo que nos da el tiempo, también el vivirlo entre una legión de británicos encantados de estar allí. Me encantan estos grupos míticos que no llevan teloneros y que nos regalan casi dos horas de repertorio de clásicos sin olvidar el material de nuevo cuño.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.