Después de la publicación de Straight From the Barrio (2016), lo que podría considerarse como una pérdida en la dirección de la banda para un@s -una gran cagada para otr@s-, los hijos pródigos del metalcore tejano Upon a Burning Body regresaron hace unos meses a la escena con un colosal cuarto álbum Southern Hostility (2019). Y aprovechando que todavía se lo están llevando calentito, y por aquello de aprovechar el tiempo en tiempos de covid, el cuarteto ha regresado con un EP que sigue muy por esa misma senda. Es algo así como una continuación, como unas cuantas bonus tracks que quizá se les quedaron en el tintero el pasado año.
Si bien su primer larga duración, The World Is Ours, que vio la luz a través de Sumerian Records y que fue publicado en el año 2010, la banda originaria de San Antonio, Texas ya llevaba casi una década tratando de dejar meridianamente claro que los chicanos también están hechos para el metal, a través de un sonido inicial más cercano al deathcore que a su groove/metalcore actual. A través de cientos de riffs demoledores, breakdowns intensos y de unos coros pandilleros al más puro estilo hardcore, la banda llegó a confeccionar un sonido sorprendentemente adictivo a media que su legión de fans iba en aumento, y no solo en su Texas natal.
Un par de años más tarde vería la luz Red. White. Green. (2012), pero no sería hasta la publicación en 2014 de su tercer trabajo, The World Is My Enemy Now, que les llegó el éxito masivo… estatus este que se encargarían de destrozaron a base de bien al desviarse del camino con la publicación de su pésimo Straight From the Barrio. Al poco de abandonar el barco de Sumerian Records, la banda publicaba Southern Hostility a través de Seek & Strike Records, volviendo así a una senda que jamás debieron abandonar.
No sé si es más fácil resarciese después de una cagada o cagarla a base de bien después de cosechar el más exitoso de los éxitos, pero está claro que el cuarteto ha sabido entender las críticas y ha vuelto a escena con más fuerza y punch que nunca. Y lo han hecho dando un pequeño giro de tuerca a su propuesta musical, giro este ya presente en su anterior LP. La encrucijada era chunga: seguir con el estilo más próximo a Attila o Emmure de su Straight From the Barrio o bien dejar eso de lado y centrarse más en las raíces groove sureñas de bandas como Pantera o Lamb of God. Y bien, si habéis escuchado su trabajo del pasado año, y más todavía si le pegáis una oreja a este EP, sabréis que, inteligentemente, Upon a Burning Body se han dejado embriagar a base de bien por el groove metal… y nosotr@s que nos alegramos.
Este nuevo mini trabajo lo componen solo cinco temas… ¡pero qué cinco temas! «5×3» comienza con fuertes y contundentes riffacos y unos blast beats que se te meten en la sesera de forma fulminante. El tempo del tema y ese tufillo a Lamb of God, combinados con un breakdown monstruoso -que bien podría curar el covid en varios municipios de su Texas natal-, conforman la carta de presentación de Upon a Burning Body en pleno 2020.
«Built From War» es rápida y directa, y continúa la intensidad inicial a través de una batería atronadora y un ritmo de esos que provocan lesiones lumbares a partir de los 35 años. El aroma a groove sigue intacto. Se me antoja que tendrá una aceptación brutal cuando tengan la suerte de poder tocarla en directo.
Os recomiendo escuchar la tercera, «Chains of Agony», alejados de cualquier pared a no ser que os queráis reventar la crisma contra ésta debido a sus tóxicos e infecciosos riffs. Aquí la banda nos proporciona las primeras melodías, las primeras voces limpias, a medida que avanza el coro. Hacia la mitad del tema aparecen unas twin guitars que sirven a modo de preludio de un final que va creciendo poco a poco.
«Living for the Weekend» sería una de las canciones del verano en cualquier sociedad con dos dedos de frente. Si necesitabas un estallido de energía para acompañar tu verano, este es el tema perfecto.
Poniendo el punto y final, tenemos «Extermination», que contiene los riffs más pesados de todo este EP. Aires djent en unas guitarras que te golpean con una precisión implacable. Su rápido ritmo de batería y su adictivo estribillo te dejarán los tímpanos tambaleando.
Si necesitas algo de chicha en tu confinada vida, Upon a Burning Body nos traen una buena dosis. Built From War (EP) no afloja ni un segundo (cosa de agradecer tratándose como se trata de un EP), y te aplasta sin concesiones ni remordimiento. Si te perdiste su disco del pasado año y lo último que recuerdas de ellos es «‘Til the Break of Dawn», este mini trabajo hará que te vuelvas a enamorar de ellos y que te entren unas ganas tremendas de viajar a Texas una vez tu vida comience a volver a la normalidad. Entretanto, aprovechad las mini reuniones con colegas y poned este disco como telón de fondo de cualquier fiesta veraniega que se tercie. Chug! Chug! Chug!
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.