Geist is Teufel, Teufel is geist? Así reza el nuevo eslogan de la nueva ofrenda invocada por el dúo neerlandés, Urfaust, algo así como “El fantasma es el diablo, ¿es el diablo el fantasma?” y que grabación tras grabación, van ampliando su séquito de incondicionales seguidores de su particular propuesta, autoacuñada como lo-fi black magick.
Antes de proceder a desmenuzar la parte musical, creo que no podría dejar pasar la oportunidad y resaltar el surrealista proceso del pre-order que tuvo lugar a cargo de su sello discográfico, Ván Records. Ya fuere fruto del hype o el status de banda de culto que poseen principalmente en el viejo continente, en cuestión de un par de minutos, se agotaron las 209 copias del limitado boxset que se lanzó, consistente en la versión del tanto en digipack como en formato vinilo de color verde-ahumado de 180 gramos y una ginebra destilada por Hoos London Gin por bajo el nombre de Teufelsgeist Gin entre otros artículos. Literalmente, la tienda online del sello alemán se colapsó para procesar tantas peticiones de fervientes seguidores de Urfaust y muchos de ellos (entre los que me encuentro), no pudimos optar a él, con el consecuente agravio de ver este artículo de coleccionista en plataformas de venta tipo Discogs al día siguiente por precios infames e inflados a cargo de leechers que pululan por la red.
Otro aspecto que llama poderosamente la atención es la nota de prensa que se adjunta a este álbum, ya que haciendo un paralelismo, Teufelsgeist representa los diferentes estados de una intoxicación (etílica). Algo así como la transición tras un comienzo eufórico que se va convirtiendo lentamente en un delirio de espiral descendente (¿embriaguez tal vez?). A destacar también el cambio de rumbo a nivel visual artístico. Ellos siempre se han regido por un arte un tanto llamativo, desde obras más recientes cuyo trabajo pictórico es sobresaliente como el EP Apparitions o Empty Space Meditation u otras más simbólicas como The Constellatory Practice. Esta vez, la tapa que acompaña al disco no les hace justicia. Me ha dejado un tanto descolocado la parte artística, que bien representa a la perfección el título del disco, su pobre ejecución como tal, me deja muy frío.
Entrando en temas puramente musicales, tengo la sensación de que han echado la vista atrás hacia su etapa más primigenia y primitiva, mezclándola con su faceta más etérea, ambiental y drone de sus recientes obras, no solo a nivel compositivo, sino también a nivel de producción musical. Aunque tampoco nos llevemos a equívocos, no han vuelto a esas producciones chicharreras y lo-fi de sus primeras grabaciones. La parte instrumental se presenta de nuevo y ligeramente más cruda a nivel de producción, que no de ejecución, respecto a sus predecesores, sin florituras, con toneladas de capas de reverb y con un aroma análogo que viene a ser algo así como el trademark característico de los holandeses. Sobran también las palabras para la excelsa interpretación vocal de IX y su inconfundible e inalterable timbre vocal con sus cánticos operísticos.
En la cara A del álbum, “Offerschaal der astrologische mengvormen” te da la bienvenida hacia este peculiar viaje hacia la intoxicación, como ellos mismos claman, en un ejercicio sumamente bombástico, inspirado e hipnótico. De hecho, afirmaría que es el mejor tema del elepé. A partir de aquí, y como de una intoxicación etílica se tratase, pasaremos de un estado exultante acompañado de un tempo rítmico constante y medido (el tema mencionado y “Bloedsacrament voor de geestenzieners”), a un estado más embriagador, ambiental y, por ende, ‘flotante’, por decirlo de alguna manera, de la cara B del plástico.
En la cara B del plástico, el ecrescendo se va haciendo más y más palpable, hasta entrar en terrenos puramente ambientales y drone, más cercanos a sus dos últimas obras, casi hasta desapareciendo toda parte de instrumentación clásica. Capas y más capas de guitarras, voces distorsionadas, loops de efectos y atmósferas se funden al unísono, creando un viaje transcendental y sensorial sin parangón como Urfaust únicamente saben trasladarte.
Para bien o para mal, Urfaust son únicos en su especie. No existe en el circuito underground una banda con un concepto y personalidad tan extravagante, sólido y refrendado como el de ellos. No obstante, para ir finalizando, la música no es una ciencia exacta y depende en muchas ocasiones del estado anímico de uno mismo para capturar la esencia que el propio artista quiere transmitir. Dicho esto, mi impresión global, es que, sin dejar de ser un digno y meritorio trabajo en su discografía, pienso que no alcanza esas cotas de épica, éxtasis y grandilocuencia musical de anteriores elepés.
Otra de mis pasiones es la prensa escrita musical. Con sus luces y con sus propias sombras. Poseo una dilatada experiencia en medios como el extinto Pitchline’Zine (2005-2016) del que fui redactor-jefe o Subterraneo Zine (2017-2019).