Van Halen – 1984: 40º Aniversario de su álbum más exitoso gracias a su apuesta por el synth rock

Ficha técnica

Publicado el 9 de enero de 1984
Discográfica: Warner Records
 
Componentes:
David Lee Roth – Voz
Eddie Van Halen – Guitarra, teclados
Michael Anthony – Bajo
Alex Van Halen – Batería

Temas

1. 1984 (1:07)
2. Jump (4:04)
3. Panama (3:32)
4. Top Jimmy (3:02)
5. Drop Dead Legs (4:14)
6. Hot for Teacher (4:44)
7. I’ll Wait (4:45)
8. Girl Gone Bad (4:35)
9. House of Pain (3:19)

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El adjetivo icónico se queda corto para describir todo lo que MCMLXXXIV (1984 en números romanos) contiene. No solo aglutina el mayor número de himnos que ha conseguido juntar en un trabajo la banda estadounidense Van Halen, sino que también su portada ha sido considerada una obra de arte en sí, así como su tema insigne “Jump” ha pasado a los anales de la historia por contener tanto un riff de teclado antológico como un solo de guitarra de quitar el sentido, catapultando a su compositor y ejecutor, Eddie Van Halen, a una mayor fama si cabe de la que venía gozando ya por aquel entonces.

1984 es el sexto álbum de estudio de Van Halen y último con David Lee Roth como vocalista de la banda. Se dijo en su momento que uno de los puntos álgidos de discusión y falta de acuerdo de éste con la banda fue precisamente la inclusión de los teclados en este álbum, dando un enfoque más comercial a su dirección musical acercándolo a la radio-fórmula, idea con la que no comulgaba del todo. Eddie Van Halen se mantuvo firme y acertó con su decisión de meter teclados para conseguir un éxito mayor. 1984 ha sido el disco que más ventas ha reportado a Van Halen en toda su historia y en su momento consiguió altas posiciones en las listas americanas con varios de sus temas, aunque la coincidencia en el tiempo con el álbum Thriller de Michael Jackson fue una durísima competencia imposible de batir y les frenó de alcanzar mayores resultados. Aun a pesar de ello, las cifras fueron de vértigo. 1984 llegó a la posición número 2 (tras Thriller) de la revista Billboard, y su sencillo “Jump” a la número 1, siendo éste el único tema de la banda en conseguirlo con David Lee Roth al frente como vocalista. Tan solo en Estados Unidos 1984 vendió más de diez millones de copias, y el sencillo “Jump” se quedó en una nada desdeñable cifra de tres millones y se convirtió en uno de los temas más radiados de aquel año. Para hacernos una idea de la repercusión económica de este disco, podemos echar mano de las declaraciones del co-compositor externo de “I’ll Wait”, Michael McDonald (Doobie Brothers), quien afirmó en su momento que tan solo con la quinta parte que le pertenecía de este tema (las otras cuatro partes corresponden al resto de los integrantes de Van Halen), ya ganó más dinero que con las ventas de un disco entero de su banda madre Doobie Brothers.

Antes de entrar en el análisis musical, vale la pena seguir ahondando en ciertas curiosidades de 1984, pues las hay en abundancia. Una de ellas tiene que ver con la portada, que fue gestada por un cúmulo de casualidades. Van Halen llevaba en mente una idea para 1984 —cuatro mujeres bailando—, pero también tenía claro a la artista que debía plasmarla, Margo Nahas. Resultó que esta persona no le acabó de encajar y declinó la oferta, sin embargo, su marido, Jay Vigon, trabajador de la discográfica Warner Brothers, propuso a la banda que revisara otras obras de la artista y ahí fue donde dieron con el boceto de la portada que finalmente ilustró 1984. En dicho boceto aparecía un ángel con un cigarro en la mano, y para el desarrollo posterior de esa idea primigenia, la artista decidió fotografiar al hijo de unos amigos, a quien le hizo sostener unos inocentes cigarrillos de chocolate que acabaron siendo devorados en su totalidad durante la sesión. La transformación del niño en ángel y de los cigarrillos de mentira en tabaco real completó la icónica imagen que todos conocemos y plasmó gráficamente la irreverencia que la banda quería transmitir El mercado inglés, curiosamente más purista en aquel entonces que el americano al menos en ese aspecto, no tragó y censuró tal imagen, tapando tanto los cigarrillos como la cajetilla que los contenía. La contraportada del álbum, donde aparecen las fotografías de los cuatro miembros de la banda y el título en números 1984, también generó cierta polémica (muchos creyeron ver una portada en realidad), pues en su día se especuló que la discográfica se había equivocado al imprimir ambas imágenes poniéndolas en el lugar contrario que les correspondía. Este supuesto “error” nunca ha sido enmendado en reediciones posteriores, por lo que se deduce que la colocación de la portada y contraportada fue totalmente deliberada. Y ya que hemos entrado a enumerar polémicas en torno a 1984, otra de las más evidentes fue la colocación de un elemento publicitario relacionado con el alcohol en la MTV. Van Halen, conocedores de la prohibición de publicitarlo, fueron hábiles presentado un vídeo para la canción “Panama” en la que Michael Anthony aparecía tocando un bajo con la forma de la botella de whisky de la marca Jack Daniel’s. La cadena no pudo censurarlo al tratarse de un elemento insustituible que formaba parte de los instrumentos de la banda, así que, como el que no quiere la cosa, gol por la escuadra que les colaron.

1984 fue el primer disco en ser grabado en los estudios caseros que Eddie Van Halen hizo construirse en su domicilio, bautizados como 5150, número utilizado por la policía de Los Ángeles para denominar a personas peligrosas por sus problemas de estabilidad mental. Van Halen, que son mucho de aprovechar ideas, utilizaron asimismo este número para nombrar a su siguiente álbum tras 1984, el primero con un David Lee Roth ya fuera de la formación (las constantes disputas entre él y los hermanos fueron el detonante final de su salida) y un debutante Sammy Hagar que imprimió un nuevo estilo vocal a la formación.

Ted Templeman (productor de 1984) junto a Eddie Van Halen, fueron los defensores férreos de la idea de dar un mayor protagonismo a los teclados en este trabajo, que ya de buenas a primeras se estrena con su homónimo título, un breve corte de apenas un minuto de duración en el que solo aparece este instrumento y que actúa como una especie de intro a lo que se nos viene encima, que es nada más ni nada menos que el tema estrella del disco, “Jump”. El empalme entre temas es simplemente genial, pasamos de unas lentas y sugerentes melodías de teclado a otras mucho más animadas que nos quieren transmitir la emoción de vivir sin miedo y que nos animan a dar el “salto” (para saltos, los de David Lee Roth en el escenario…). El resultado final de “Jump” no sería tan especial si no fuera por las líneas melódicas del sintetizador Oberheim OB-Xa utilizado para la ocasión (¿os imagináis lo insulso que sonaría si silenciáramos este instrumento?) y evidentemente por el solo de guitarra incluido en el tema, que como curiosidad, cabe comentar que no es composición genuina como tal de Eddie Van Halen, sino fruto de un montaje de estudio hecho a partir de dos tomas distintas. Es indudable que el solo en sí creó escuela, pero es que el que viene a continuación de teclado tampoco desmerece en absoluto. Si es que Eddie Van Halen se encontraba en estado de gracia total y absoluto en aquel entonces… Ya que estamos ante la joya de la corona de 1984, vamos a seguir explicando cositas que resultan del todo interesantes y ayudan a entender la importancia de este trabajo en el momento en que fue concebido. La introducción de los teclados en la música de Van Halen rondaba de antaño (en algún tema de sus discos anteriores ya habían aparecido pequeños escarceos) y es justo en 1984 cuando se decide apostar por él en mayor medida. Parece ser que el prototipo de la melodía que aparece en “Jump” databa del año 1981, pero no fue hasta este disco que nos ocupa que se decidió tirarlo para adelante y pulirlo, cosa que hicieron… en tan solo una noche. Al día siguiente, una vez consiguieron convencer a David Lee Roth de su potencial, éste se prestó a ponerle la letra que todos conocemos, and the rest is history. En la industria de la música es posible que nunca una idea concebida en 24 horas haya sido tan rentable como ésta… La inclusión de los teclados en este tema como elemento pivotal le ha valido en algunas ocasiones el calificativo de synth rock en su sentido más amplio, el que aúna los elementos clásicos del rock junto a la presencia desmesurada de los sintetizadores, como es el caso. En la actualidad si pensamos en synth rock nos viene a la cabeza un uso más electrónico de los teclados, pero si abrimos el prisma podremos concluir que sí, que si interpretamos la palabra synth como el instrumento que es y no el uso que se le da, “Jump” definitivamente casaría con esta definición.

Seguimos avanzando en 1984 y pasamos de un tema épico a otro tanto o más: “Panama”. Aquí volvemos a encontrar la esencia de toda la vida de la banda, ese hard rock conducido por los riffs de guitarra poderosos y ultra catchies de Eddie Van Halen y unos estribillos sencillos y machacones que funcionan a las mil maravillas. Este tema es pura diversión en vena, imposible no tararearlo aunque lo hayas escuchado hasta la saciedad. Fue el primer tema grabado en el estudio casero 5150 de Eddie, quien no dudó en meter su propio coche en el mismo para registrar esos sonidos de motor rugiente que se escuchan en él, ¡ventajas de tenerlo todo junto en casa! Eddie encuentra espacio para lucimiento propio en el siguiente “Top Jimmy”, iniciándolo con unos armónicos superpuestos a otras capas de guitarra y a unos juguetones platos que Alex golpea con maestría, contrastando con la senda divertida y enérgica que viene a continuación, patrón que se va repitiendo hasta la aparición de un complejo solo de guitarra que rompe un poco con esa dinámica. “Drop Dead Legs” es un tema bastante más previsible, tirando a machacón, en el que el atrevimiento principal aparece en la outro en forma de solo de guitarra que acaba fundiéndose, respaldado por el sonido de un ride de fondo repetitivo al máximo de forma intencionada.

La cara B se inicia con otro de los bombazos del disco, el excepcional “Hot for Teacher” que contiene otra de las intros que han creado escuela… pero esta vez ¡de batería! Si ya nos deja con dos palmos de narices esta entrada, Eddie se saca de la manga un tapping de guitarra acto seguido de infarto, ¡no iba ser menos! Pero nos falta también hacer mención a Michael Anthony, que con su bajo aquí está sensacional dándole toda la fuerza rítmica necesaria, y a un David Lee Roth que le va que ni pintado esa dualidad juguetona de las voces, ya sea cantando, ya sea relatando parte de la historia. Temazo en toda regla, fue sacado como sencillo a pocos días del lanzamiento oficial de 1984, generando polémica, como cabía esperar, por su alto contenido picante. El vídeo que lo acompañó fue censurado por contener imágenes no aptas para menores, se argumentó (seguro que nuestros menores de hoy en día se hartarían de reír si tan siquiera se molestaron a verlo, en fin…). “I’ll Wait” es el segundo tema del disco que apuesta por dejar llevar el peso principal a los sintetizadores, dotándolo de una comercialidad del todo adictiva. Aquí no hay la chispa melódica conseguida en “Jump”, más bien actúan de base rítmica omnipresente, pero está claro que son los claros protagonistas del tema, únicamente ensombrecidos un poco por el solo virguero de guitarra de turno. “Girl Gone Bad” vuelve a mostrarnos la magia existente entre los miembros que forman la base rítmica de la banda, Alex y Michael, quienes están que se salen en este tema y sientan el escenario perfecto para que Eddie pueda lucirse de lo lindo. El tema estaría de categoría si no fuera porque los estribillos corales me patinan un poco, los encuentro demasiado edulcorados para mi gusto, pero esto es algo que me sucede con más cortes de la discografía de Van Halen y que por suerte en este disco apenas han hecho acto de presencia. Toca despedir 1984 con “House of Pain”, un tema claramente dividido en dos partes, una primera de ritmo trepidante en que la batería satura lo suyo (seguro que soy de las pocas personas que no acaban de conectar con el sonido que Alex le saca a veces a su instrumento, ya lo siento…), y una segunda mucho más asequible y agradable al oído, con una pequeña imitación a Robert Plant y cía. incluida y un Eddie desbocado abordando ese final con toda la maestría y pasión que es capaz de desplegar con su guitarra.

El disco ha tocado a su fin tras unos escasos 33 minutos y medio después de su inicio, regalándonos una serie de temas concisos de escaso minutaje que nos muestran a una banda consolidada en su estilo, pero con ganas de explorar nuevos territorios más asequibles a las grandes audiencias, incorporando teclados en algunos de sus temas en busca de esa deseada comercialidad. Eddie Van Halen ya había coqueteado de alguna manera con las sonoridades pop con anterioridad (recordemos su participación en el tema “Beat It” de Michael Jackson a modo de ejemplo), demostrando en aquella época que las melodías sencillas y asequibles de ese estilo no tenían por qué estar reñidas con la potencia rockera de la guitarra. Pues bien, en 1984, se lleva esa orientación pop a su terreno particular y lo amalgama sutilmente a su música. Podríamos concluir que Van Halen sumó algo más a su estilo bien definido, consiguiendo enamorar a una nueva audiencia y reportándole un éxito mayor incluso del que venían cosechando hasta la fecha, que no era poco. Sin embargo, el final de esta historia no fue feliz del todo, y por divergencias varias motivadas en parte por esa reorientación estilística, David Lee Roth acabó abandonando al poco tiempo sus tareas como vocalista de la banda.

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Sobre Susana Masanés 176 Artículos
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!