El genial guitarrista neerlandés había sorprendido al mundo y se había colado en las listas norteamericanas siendo una absoluta sorpresa. Era impensable que una agrupación holandesa que empezaba a andar diera tamaño pelotazo, especialmente gracias a “Burning Heart”, un baladón de esos que pueden ponerte en el mapa. Llegaron a ser invitados por los propios Kiss para que les acompañasen de gira en Estados Unidos y afrontaron su segundo paso discográfico con mucha clase y calidad: Heading for a Storm.
Es un disco corto, muy directo mucho más hard rockero que el anterior y busca ese hard rock potente muy europeo y británico de bandas como MSG, UFO o Scorpions. Vandenberg hace equipo con Stuart Epps a los controles y lo hace en los estudios de Jimmy Page (Led Zeppelin). Iban a lo grande, y la portada (icónica) del disco fue realizada por el líder del grupo, que aparte de ser un excepcional guitarrista, es un artista impresionante. Esos tiburones flotando por la carretera dan para lucirlo en camisetas…
El disco
De entrada “Friday Night” es un clásico de hard rock en toda su amplitud. El bueno de Adrian está terminando sus conciertos con este tema, por lo que estamos ante una pieza digna de paladear. Feliz, entretenida, muy positiva, aderezada por teclados y por unos toms ochenteros de batería a cargo de Jos Zoomer que quedan algo desfasados escuchados a día de hoy. Más allá de Whitesnake hay mucho deje personal y Bert Heerink está perfecto a la voz. Atención a “Welcome to the Club” pues es una canción muy trabajada a pesar de ser un medio tiempo hard rockero muy típico. Grandes arreglos para vestir la composición y gran solo a cargo de nuestro protagonista principal.
“Time Will Tell” es de lo mejor de la obra con esos versos de guitarras incesantes. Puente y estribillo lucen de verdad (para ser 1983) y va cargada con letras bastante comprometidas. Es el tratamiento de la batería ochentera lo que más carga de una composición muy definitoria de lo que podían llegar a aportar Vandenberg en esas fechas. Mucha belleza y delicadeza en “Different Worlds”, de preciosos arreglos de guitarra y con un grandísimo Bert Heerink a la voz. Es de lo más logrado del disco, y de largo, de enorme sensibilidad, intentando repetir el éxito de su anterior éxito “Burning Heart”.
Y continuando con canciones notables está la agresiva “This Is War”, directa, certera, con coros algo ampulosos, pero bastante desnuda y dotada de un solo neoclásico en toda regla. Les daba para single y es una buena muestra de cómo las gastaba el rubio guitarrista a principios de los 80. Con temas como este no os extrañe que Kiss se lo llevaran de gira en su época… El classic rock y la influencia de Fleetwood Mac está en “I’m On Fire”, lo que endurece la propuesta con guitarras bajo y batería, aquí despojada de todo reverb.
El tema que da título al disco mantiene bien el tipo y es otro gran medio tiempo con mucha pegada y con aires muy a lo MSG. El hard rock europeo estaba muy presente en este álbum y de verdad que todas las canciones tienen muchísimo nivel más allá del protagonismo absoluto de las guitarras. Aquí hay incluso guiños a Van Halen y Jos Zoomer se anima con los tresillos a los bombos. Los aires Beatles y el bajo marcado de Dick Kemper es lo más destacado de un “Rock On” que aporta felicidad y feeling. Finaliza el disco en todo lo alto con la potentísima “Waiting for the Night”, cabalgando sobre doble bombo, pero con una intro de guitarra clásica preciosa. Conecta este tema con su anterior disco, más netamente heavy.
Veredicto
Para muchos de sus seguidores estaríamos hablando de su mejor obra de las tres que hizo antes de entrar en las filas de Whitesnake y ser leyenda. Es un disco muy continuista, algo que se truncaría en el tercero cuando los managers del grupo intentaron acercar al grupo hacia sonidos más a Duran Duran y demás bandas de moda. Y a pesar de que hay un protagonismo absoluto de la guitarra en una demostración total de técnicas y habilidades, es que también sobresale lo que es la composición y la integración perfecta de las habilidades dactilares en las composiciones de una forma muy natural. La banda que le acompaña es brillante a pesar de que no llegó a los niveles de popularidad que su disco debut.