Os puedo asegurar que uno de los peores conciertos que he visto en toda mi vida fue el de despedida de HIM. No daré muchos detalles ya que lo guardo para un especial de Los peores conciertos de mi vida, pero lo que más me sorprendió, es que, antes de ese concierto, el promotor y algunas de las acérrimas fans del grupo, ya sabían que iban a ver un desastre. Y lo que es aún peor: hubo gente que me dijo que les había visto en condiciones mucho peores.
No es de extrañar que Ville Valo, en las entrevistas previas a este concierto, pidiera incluso perdón por salir borracho en Razzmatazz hace años. Esta reválida de viernes era para mí el poder saber si el naufragio de HIM era debido únicamente a su vocalista o si el grupo era también culpable del desaguisado. Ville Valo esta vez cumplió, pero está lejos de sonar a la gloria que se escucha en sus míticos discos de HIM. Las casi 2.000 personas salieron muy contentas de un concierto que pasó muy rápido, pues no llegó ni a la hora y 25 minutos.
Kælan Mikla: Post punk pagano islandés
Antes de que Valo tomara el escenario estuvieron las inclasificables islandesas Kælan Mikla. Banda de post punk experimental que no estuvo nada mal para abrir el concierto. La componen Laufey Soffía, Margrét Rósa Dóru-Harrýsdóttir y Sólveig Matthildur Kristjánsdóttir. Arrancada ceremonial con telón negro de fondo y ellas vestidas del mismo color corporativo. A ritmo de bases pregrabadas ponen voces, un bajo muy protagonista y preciso, y una teclista que combina con flauta travesera, que no le funcionó en ese primer tramo.
Juegos de luces muy trabajados, revindicando ellas su origen islandés y combinando composiciones muy hechizantes que transitaban entre el post punk inglés, otras con voces bastante irritantes de la escuela nipona, e incluso acercamientos a los primeros Lacrimosa de sus discos con más protagonismo electrónico. Obviamente las letras de sus composiciones son es islandés, lo que complica eso de cantarlas…
Hubo momentos muy contemplativos, en otros me recordaron esas bandas de lolitas niponas y añadieron poses y bailes con aires muy paganos. Realmente la combinación de todo es muy lograda. La sucesión de focos azules y violetas variaba dependiendo del ritmo de las canciones e incluso, hubo un momento fan, en el que la vocalista dedicó las dos últimas canciones a Ville Valo. El público, que tampoco era muy numeroso a esa hora, disfrutó de la arriesgada propuesta nórdica. Finalizaron con una especie de balada bañada en luces verdosas. Ideales para el AM Fest.
Valo: Una de cal y otra de HIM con Heartagram de fondo
Y llegó el momento más esperado: Ville Valo volvía a una sala que no era fetiche precisamente para él. Quinteto engrasado y capaz, buen sonido, un Heartagram de fondo con luces resaltando las VV y muchos juegos de cromáticos. Entró el divo atacando “Echocolate Your Love” y ya vimos que la idea era combinar su nuevo disco con los clásicos imperecederos de HIM. El griterío fue absoluto y cuando cayó “Funeral of Hearts” la sala se caía, cantando todas las canciones. Luces rosas y adornado él con una gorra a lo Peaky Blinders que puede que tape el paso de la edad. Muy bien de voz y saber estar, siendo ritual cuando tocaba y dando al público lo que demandaba.
Diré que esos gorgoritos célebres que utilizaba en disco para pasar de agudo a grave (o viceversa) no están nunca en directo, pero él se lo toma en serio, bebiendo agua y con los cigarrillos proscritos. “Neon Noir” funcionó, incluso todos los nuevos singles fueron cantados a pleno pulmón por la repleta sala, pero poco pueden hacer estos temas cuando luego se embarca con algo tan grande como un “Right Here in My Arms” bajo luces rojas.
Intercaló la bella “Loveletting” con teclados pregrabados y una banda muy en segunda línea a pesar de que tocaban mejor que los HIM. Tiempo para la metálica “Buried Alive by Love”. Ville se contagió del momento hasta el punto de obsequiarnos con un agudo totalmente fuera de lugar, señal que lo estaba disfrutando de verdad. Algunos de los temas nuevos suenan a refrito de su ex grupo como “In Trenodia”, pero la entrega del público no decae pues luego venía “Wings of a Butterfly”. Excelente composición de la que no me cansaré de decir que Rosalía se ha inspirado en su estribillo.
“Heartful of Ghosts” avanzó entre brumas con el heartagrama presidiendo la sala para luego llegar al delirio de “Join Me in Death”. Griterío femenino absoluto y luces rojas para uno de los más grandes clásicos de su ex banda. Decir también que Valo no habló ni se dirigió al público hasta el final. Quiere dar todo el protagonismo a la música. “The Foreverlost” precedió a la única incursión al disco de HIM Venus Doom (“The Kiss of Dawn”), una de las más contundentes de la velada, intentando un gorgorito marca de la casa.
De lo mejor de su primer disco en solitario es “Run Away from the Sun”, algo que apreció su audiencia, ya muy entregada y que disfrutó de la cadencia melódica del tema y de sus luces rojas. Valo cumple bien su papel, pero sus movimientos y entrega son comedidos, muy metidos en un personaje, que está más cerca de un crooner que de un frontman metálico. Eso le da también al vocalista ese carácter misterioso. Destacar también el buen hacer de Hristo Rico en las baquetas.
“When Love and Death Embrace” fue la única concesión a esa primera obra de HIM, que curiosamente no fue recibida con una exaltación a la altura de lo que el corte merecía, si bien es una balada en la que se adornó el guitarrista en el tramo final. Aquí le regalaron a Ville Valo una chaqueta negra que aceptó y colgó detrás. Era el momento de despedida pues ya sólo quedaban los bises.
Empezaron estos con una de las composiciones más resultonas y contundentes de HIM: “Soul on Fire” de ese maravilloso cuarto disco. Sonriente y bajo luces blancas y rojas lució ese gran riff central de la canción. Hubo un par de temas de nuevo cuño como fueron “Salute the Sanguine” y “Saturnine Saturnalia”, pero lo que la gente esperaba, y en lo que realmente disfrutaron, fue en ese “Poison Girl” que quedó en medio, con toda la sala entregada cantando. Momentos como ese justifican que Ville haya vuelto.
Antes de la despedida hubo el momento de parrafada agradeciendo a la gente el estar allí, presentando a la banda y también a las teloneras. Buen concierto que deja patente que hay ganas de HIM, y que, a pesar de que su nuevo material puede tener cierta calidad, que poco puede hacer si lo enfrentamos al peso de los clásicos. Está claro que en unos años hay retorno de HIM en recintos mayores, lo que espero que suenen (por lo menos) como lo hizo la banda de apoyo de Valo ese viernes.