La verdad es que hablar con Vinny Appice es una auténtica maravilla, pero necesitaríamos tres horas largas para que nos contara todo lo que ha vivido y la cantidad de anécdotas que tiene. “No está nada mal para un chaval de Brooklyn” es una de las frases que destacaría de este enorme batería, hermano de otra leyenda tras los timbales: Carmine Appice. De familia de orígenes italiano, y justo ese sentimiento de clan itálico fue lo que le aupó a lo más alto.
Y cuando escribo “lo más alto” creo que estaríamos en una de las cimas más increíbles de la historia: Llegar a tocar con John Lennon en su último concierto en vida. Y no es que por aquél entonces nuestro héroe tuviera un currículum despampanante como el que tiene ahora, ¡es que sólo tenía 16 años! A esta memorable historia le añadimos la espantada de Heaven and Hell en el que el grupo no tocó en Zaragoza para cabreo generalizado de promotores y público.
Creo que uno de los mejores conciertos a los que asistí en mi vida fue el de Heaven and Hell en Wacken. Esos años con Heaven and Hell fueron absolutamente maravillosos. ¿Cómo recuerdas esos tiempos y esa gira?
Habíamos vuelto a reunirnos bajo el nombre de Heaven and Hell y lo hicimos en primera instancia para un disco que tenía que salir con el título de Black Sabbath: The Dio Years bajo el sello Rhino Records. Y entonces empezamos a componer unas cuantas canciones nuevas y estaba en un principio Bill Ward como baterista. Pero la cosa se alargaba y no terminaba de funcionar con Bill, y dijeron: “Pues vamos a llamar a Vinny”, y eso hicieron.
Volé hacia Inglaterra y participé en tres canciones y les dije: así es como yo toco. Y de repente alguien dijo: “¿Y por qué no salimos de gira?”. Empezamos a girar y luego editamos el disco The Devil You Know y eso nos hizo girar más. El grupo funcionaba de maravilla, éramos más viejos, o digamos que éramos más maduros que años atrás (risas). Lo pasamos genial y las cosas iban rodadas hasta el punto que hablamos lo de sacar otro disco más, pero… aquí es cuando Ronnie enfermó.
Luego falleció y fue algo muy triste. El tiempo que tocamos juntos la verdad es que sonábamos muy bien y nos compenetrábamos muy bien. Eso se daba puesto que ya habíamos tocado juntos años atrás. Esos años eran historia y entonces volvíamos a juntarnos, por lo que fue una especie de retorno y nos sentimos muy felices de ello. Gran banda…
Yo es que recuerdo “magia” en el escenario, con ese cementerio que llevabais adornando el concierto… Era una pasada.
Sí, teníamos un montaje de directo que era genial…
Asistí a un festival en Zaragoza en el que Heaven and Hell eran cabezas de cartel, pero no pudisteis tocar esa noche. ¿Recuerdas lo que pasó allí? Porque Dio estaba en el escenario y cantó “Heaven and Hell” a capella, apareció una ambulancia…
¡Sí! Es que hacía mucho viento… Estábamos en el backstage y el viento golpeaba las puertas y hacía entrar la arena y dijimos: “Mierda bendita, ¿Qué está pasando aquí?”, por lo que decidimos que no íbamos a exponer a Ronnie y que la arena pudiera entrarle por la garganta, él podía tener problemas si sucedía eso, y es que aquello parecía un tornado.
Primero esperamos a ver si la cosa mejoraba un poco, pero al final ellos decidieron lo de posponer el concierto. Como te imaginarás, la gente no estaba muy contenta… incluyendo al promotor (risas). Recuerdo que queríamos largarnos y nos cerraron las puertas. Y nosotros “Oh, oh… ¿y qué viene ahora? ¿Nos van a pegar, a disparar y a matar?”. Si fuera por mí habríamos tocado, pero no fue decisión mía. Yo no fui el culpable…
Siempre pensé que participar en «Here and AID» («We’re Stars») tenía que ser increíble y tú eras uno de los bateristas de la canción. Entonces, en una canción tocaste con los mejores cantantes y músicos de heavy metal de esa época. ¿Cómo fue?
Sí, de hecho, cuando tuvimos la idea, Jimmy Bain y Vivian Campbell compusieron la canción y a Ronnie le encantó y empezamos a trabajar en ella. En la canción principal yo toco la batería y a mí derecha estaba también Frankie Banali de Quiet Riot. Había dos sets de batería y las grabamos a la vez. Allí no se hicieron retoques posteriores, nada de grabar por separado y empalmar las partes. Jimmy y Vivian tocaron y Ronnie cantó hasta el punto de que fue grabada en directo completamente.
Una vez ya estaba hecha la canción empezamos a buscar guitarristas y cantantes y aquello terminó pareciendo un zoo (risas). Todo el mundo se hacía ver y terminó siendo una gran fiesta. Una vez terminado todo había que mantener el control. Es que al final vino todo el mundo a grabar, “Venid, que lo pasaremos bien”. Fue una gran fiesta de rock y culminó con el video con todos cantando el “We’re Stars”. Fue un hito en su día y lo pasamos genial. Me alegro que se conservara ese video en el que aparecemos todos.
Una reunión de talentos rockeros sin precedentes. Vamos ahora a una historia increíble en la que se dice que conociste a John Lennon en tiempos del disco Walls and Bridges. ¿Cómo fue esa experiencia? (Jim Keltner estaba en la batería) y leí que hiciste palmas en el álbum. ¿Es todo esto cierto?
Sí, el caso es que mi banda de entonces tenía como managers a gente de los Record Plant Studios en Nueva York y nos dieron una sala de ensayos enorme en los edificios de la Record Plant, toda una sala vacía. Había una P.A. montada allí y teníamos libertad y sala de ensayos gratis. Allí podíamos ir a componer música y estábamos trabajando con Jimmy Iovine que produjo algunas de las canciones que llegamos a grabar. Estábamos allí todo el tiempo y Jimmy estaba produciendo un disco para John Lennon.
Y una noche, de repente, nos dijo: “Chicos, tenéis que venir ahora a hacer palmas”. Y… “Pues perfecto, allá vamos”, y era 1975 y no había ordenadores capaces de grabar palmas, estas tenían que ser reales. Fuimos para el estudio, entramos y de repente le vimos: “¡Oh no!¡ Ese de allí es John Lennon!, Dios mío…”. Nos metieron en el estudio y nos colocaron unos auriculares, y de repente le oyes a él hablándote a ti. Fue un momento muy personal a pesar de que allí estábamos unos cuantos. Y bien, nos dio instrucciones sobre cuándo teníamos que hacer las palmas, bromeó… ¡fue muy divertido!
Y terminamos haciendo palmas para la canción “Whatever Gets You Thru the Night”. Si escuchas la canción notarás que allí hay unas palmas, las hago yo y mi banda de entonces. Lo mejor de todo es que a pesar de que estábamos con John Lennon en ningún momento fuimos fanboys locos y para nada le pedimos fotos ni autógrafos. Eso hizo que se sintiera muy cómodo con nosotros.
Al cabo de unos días se pasó por nuestra sala de ensayos, y simplemente se sentó y nos vio tocar. Tenía escalofríos y tenía la piel de gallina: “Dios mío, ¡John Lennon nos está viendo como ensayamos!”. Fue muy divertido, pero… es que yo sólo tenía 16 años. 16 años y seis meses, muy jovencito… Después de aquello él produjo algunas de nuestras canciones. Hicimos hasta ocho canciones con él de productor.
Íbamos al estudio y él nos explicaba el cómo debíamos tocar y qué hacer en las canciones, lo que podíamos cambiar… Y luego hicimos tres videos para él, de sus canciones, videos de los temas que tocaríamosluego con él : “Imagine”, “Stand by Me” y “Slippin’ and Slidin’ (Peppin’ and Hidin’”. Esos tres videos están en alguno de sus DVDs, y de repente, nos dice si queríamos tocar en directo.
Y lo hicimos, tocamos con él en el Hilton de Nueva York y fue retransmitido para todo el mundo por la televisión. Nosotros éramos una banda, y bueno… luego él murió y me enteré seis meses después que esa había sido su última actuación en vida. Y yo me quedé pasmado al darme cuenta de que yo había tocado en el último concierto de John Lennon. No está nada mal para un chaval de Brooklyn. ¡Oh Dios mío!
Lo más divertido de todo es que después de tocar con John Lennon para ese concierto televisado, me tocaba ir al colegio, me senté allí y me quede pensando: “¿Qué diablos estoy haciendo yo en la escuela?”. Ayer noche estaba tocando con John Lennon y esta mañana estoy “aprendiendo”… lo que sea que enseñasen ese día, me es completamente igual porque nunca presté atención alguna a lo que explicaban allí. Fue toda una experiencia. Y es que un poco te sientes parte de esa gran historia que es la música.
Y cuando grabamos la primera canción del Mob Rules de Black Sabbath, para la película Heavy Metal, lo hicimos en Inglaterra y nos dieron dos días libres. Pues fuimos a la casa de John Lennon, en el estudio en el que él grababa, el lugar y el sitio en el que compuso “Imagine”, con la habitación blanca… Justo allí fue donde grabamos el Mob Rules. Y sentimos que John había muerto, pero que de alguna forma seguía vivo. Esa casa es propiedad de Ringo, juraría. Nosotros usamos ese estudio y grabamos el disco.
Me parece una historia absolutamente increíble.
Es que algún día debería escribir un libro…
Es que ¿y por qué no? ¿No lo estarás planeando?
Sí, la verdad es que sí, pero todavía no he empezado con ello.
¿Cuál es el primer disco que compraste con tu propio dinero?
Es una muy buena pregunta… Creo que el primer single de 45 r.p.m. que me compré fue el single “I Get Around” de The Beach Boys. Y luego muy posiblemente el primer disco completo que me compré fue el primero de los Beatles (Please Please Me). Muy posiblemente en aquel entonces valdría unos dos dólares y era en vinilo, claro (risas).
¿Cómo fue crecer con un hermano mayor como Carmine Appice (Vanilla Fudge, King Cobra), otra leyenda de la batería?
Sí, fue muy inspirador para mí. Piensa que él tiene 11 años más que yo. Cuando yo iba creciendo Carmineestaba en casa con la familia, tenía una banda y se iba a ensayar. Yo me sentaba en el suelo mirándolo como tocaba y pensaba: “Waaawwwww”. Veía todos esos claves, esa gente ensayando, los amplificadores, la batería… Todo aquello me fascinó, pensé que era muy cool y que era justo lo que yo quería hacer. Y es que ni se me llegó a pasar por la cabeza lo de tocar otro instrumento que no fuera la batería, yo quería ser como Carmine.
Así es como empezó todo… Él paraba tocar y estaba la batería allí y yo la podía tocar. Alguna vez mi hermano les dijo a mis padres que yo debería hacer algunas clases de batería, justo el mismo profesor al que él iba. Así que hice lo mismo: ir a clases con su mismo profesor. Estuve estudiando tres años y aprendí mucho de la música. Así que sí, que mi hermano fue un ejemplo para mí y lo sigue siendo. Él ya tiene una edad, pero sigue tocando de una forma alucinante. Él es genial.
Muchas gracias Vinny por la entrevista. ¿Sabes?, creo que deberías escribir ese libro.
(Muchas risas) Lo sé, estas entrevistas de media hora, justo como la de antes, casi no dan tiempo para contar mucho y en esa sólo he podido contar una sola historia, y sé que tengo muchas otras al haber estado en diferentes grupos. Como cuando Carmine trajo a Jeff Beck a casa de nuestra madre y yo era un niño muy pequeño.
Se quedó a cenar y cenamos cena italiana, porque el origen de mis padres es ese. Y hay muchas historias como esa que tengo que contar. ¡Y esta es de cuando era un chaval!
Muchísimas gracias por la entrevista, espero que la gente escuche nuestro nuevo disco de Last in Line, ¡patea culos! Muchísimas gracias.
Gracias a ti.