¡Cinco discos! Las reediciones de Virgin Steele a David DeFeis se le están yendo un poco de las manos, pero parece que hay fe ciega en él a pesar de que las últimas entregas no terminan de llegar al nivel que todos esperamos. Lo que encierra Seven Devils Moonshine son dos Best of, dos discos de versiones y un disco con material más o menos nuevo. Casi nada… A todo esto se trataba solo de las dos reediciones de dos recopilatorios: uno el Hymns to Victory de 2002, que era un Best of al uso. El otro era The Book of Burning, el polémico recopilatorio de los dos primeros discos de la etapa primeriza con Jack Starr. Pero DeFeis se fue liando, animando… y tenemos material para parar un carro. No me quejaré yo precisamente de que nos brinde algo así, pero la cosa se ha salido un poco de madre. Vayamos por partes.
The Book of Burning: el recopilatorio de sus dos primeros discos
No fue una buena idea, pero el grupo estaba en su mejor momento. Había encadenado seguidos los dos Marriage, el Invictus y los dos House of Atreus. Era tan buen momento que fueron a por dos grandes éxitos. El The Book of Burning era el recopilatorio raro. Temas antiguos de sus dos primeros trabajos regrabados en los que Jack Starr prefirió ni involucrarse. Pero añadieron allí también caras B del Noble Savage o de los House of Atreus y algún tema nuevo. Incluso hay “Conjuration of the Watcher” y “Succubus” que estuvieron en el CD debut de Original Sin (1985). Lo mejor del disco es precisamente “Conjuration of the Watcher” y “Hellfire Woman”. Añadiría la versión acústica de “A Cry in the Night” y el extra de “Queen of the Dead” del Nocturnes of Hellfire and Damnation.
Hymns to Victory: el best of de sus grandes composiciones
Este es un grandes éxitos al uso y recoge muchas de las grandes maravillas es esta banda, pero un solo disco queda muy cojo, quedándose fuera auténticas maravillas. No hay grandes novedades respecto a la edición de 2002 cuando celebraban los 20 años de singladura. Todos los temas son brillantes, épicos y llenos de energía. Podrás percibir la genialidad en cortes como “Crown of Glory” o la balada “Emelaith” y podrás llegar a entender el por qué se les relacionó con Manowar en “A Symphony of Steele” o “Noble Savage”. Se toca un poco de cada disco (los dos primeros quedan fuera para el otro recopilatorio) y ves como la dupla DeFeis-Pursino han sido uno de los mejores matrimonios artísticos que el heavy metal haya dado.
Los tres nuevos discos: los dos Ghost Harvest y Gothic Voodoo Anthems
Básicamente aquí vais a encontrar muchas versiones y revisiones orquestadas de clásicos del grupo. El tema versiones te va a descolocar pues no son precisamente versiones obvias o predecibles. Vas a quedarte pasmado de oír a DeFeis cantando Tito & Tarantula (grandísima versión por cierto), pasando por Jimi Hendrix, indagando en la era grunge o tirando del genio de George Gershwin. El problema radica en que a pesar de que las versiones son temas distantes y diferentes quedan unidos por una especie de hilo narrativo. Todo tienden a sonar similar con la omnipresencia de teclados y voces de el León DeFeis.y parece que haya trabajado mucho los enlaces, como intentando dar unidad y cohesión a un material que nunca va a maridar bien. Incluso alguna versión tardas en pillarla pues se funde con un tema enlace. Eso hace que haya temas brillantes, pero otros quedan difuminados y quedan en vía muerta.
Un gran ejemplo de ello es el “Wicked Game” de Chris Isaak. ¿De verdad necesita nueve minutos? Hendrix, Alice in Chains, Led Zeppelin, Bela Bartok, Mother Love Bone… A ello le añade cortes complejos y largos con personajes y un elevado número de sus célebres cortes de enlace, destinados a dar cohesión a la historia, si bien aquí no hay historia alguna. Indagar en The Doors tampoco ha sido una gran idea, pero por otro lado es genial cuando ataca el “Summertime” de Gershwin. Las versiones orquestales no me han gustado nunca, especialmente cuando las orquestaciones son a teclado, pero en estas hay trabajo realizado. DeFeis le da otro enfoque a las voces y juega con las pausas incluso. Algunos cortes suenan meritoriamente diferentes.
Habrá mucha gente que va a seguir dándole de palos a David DeFeis con esta mastodóntica obra, pero un servidor cree que hay indicios de recuperación. Hay canciones que recuperan garra y atisban un futuro prometedor y en muchos momentos ha sido un placer zambullirse en este regalo de navidad. También he quedado perdido en otras muchas ocasiones. Es un viaje largo en el que hay de todo, pero al fin y al cabo sigue siendo música por parte de uno de los grandes genios del estilo que más nos gusta. Lástima que el prensa y fans nunca hayan llegado a descubrir nunca a una de las más grandes bandas del heavy metal en mayúsculas: Virgin Steele.