Los canadienses inclasificables y trves que empezaron su andadura a mediados de los 80 siguen plenamente vigentes y con ganas de seguir demostrando que en lo suyo no tienen rivales conocidos. Poseedores de una estética y de un sonido tan propios como reconocibles reaparecen tras cuatro años si no contamos directo y EP de 2020. Ha sido producido por Francis Perron, que ya lleva con ellos desde 2016 y que parece entenderles a la perfección. Y créanme… Voivod es algo realmente complejo a todos los niveles. Y es que como dije en su día:
«Hay bandas auténticas, otras trve… y luego están Voivod.»
Ya desde la inicial «Paranormalium» ya tienes la prueba palmaria de que estás ante un disco de Voivod y que van a seguir con su estilo de toda la vida. El hecho de no renunciar ni a la estética ni a las atonalidades en acordes marcianos, con momentos thrash mezclados con punk, les sigue haciendo únicos. Posiblemente sea el tema más «pegadizo», si es que podemos llegar a considerarlos así de alguna forma.
En «Synchro Anarchy» hay el presente bajo de Rocky dominando y la canción suena puramente tecnológica, con esos aires caóticos y quedando como oscura e inquietante. Especialmente por el uso de segundas voces para acompañar a los coros. Ha sido single y tiene video «Planet Eaters» con esos aires tan marcianos que sólo ellos hacen y en ritmos en los que tan bien se desenvuelven. Pasajes agónicos, cambios de tempo, pero todo perfectamente orquestado y pensado. Esta sería muy posiblemente la mejor canción del disco y apunta a clásico.
La pausa aparece al inicio de «Mind Clock» con Snake susurrándote entre brumas a la vez que se van animando las timbalas de Away. Desemboca luego todo en estuario hacia un ejercicio de punk sucio o proto thrash metal básico y chirriante. Son casi siete minutos de perfecta muestra de su estilo más primitivo y auténtico. Uno de los temas más melódicos es «Sleeves Off», y lo curioso es que me he llegado a recordar a D-A-D, que quedan muy alejados de los canadienses, pero también son muy directos y simples. También la voz de Binzer se asemeja a la de Denis.
Los acordes raros y las atonalidades campan por sus anchas en «Holographic Thinking», de entrada casi ampulosa para ser Voivod. Los juegos de guitarra de Chewy corren libres y desbocados en «The World Today», siendo puramente imaginativos y acompañando una línea vocal que nunca suele ser coherente o medida. Aquí crece todo orgánico y hay momentos instrumentales de gran belleza a pesar de las conexiones siderales que conlleva su música.
«Quest for Nothing» complementa al disco con un poco más de las ideas que han florecido para el disco: acordes imposibles y gritos agónicos que van por estructuras cambiantes. Se despiden con la machacona «Memory Failure», un medio tiempo con doble bombo y acordes amarcianados, con juegos de atonalidades y mucha libertad compositiva. La verdad es que la combinación de Chewy y Rocky es tremendamente original. La sensación de caos controlado al que dejan desbocarse para volver a recuperar las riendas es difícilmente caro de ver en otras bandas.
Voivod siguen siendo esa rara avis del thrash metal, unos francotiradores que van a la suya y que disfrutan de su particular mundo de música e imágenes. Me atrevería a decir que es de sus trabajos más redondos e incluso accesibles (siempre hablando de Voivod), pues de buenas a primeras que la cosa entra perfectamente bien. Es una perfecta banda sonora de los días oscuros que vivimos y del pesimismo reinante. Se palpa la opresión y hay momentos en los que musicalmente puedes llegar a sentir sentimientos que hemos tenido estando en cuarentenas. Si tuviese que escoger un disco para definir lo que han sido los años 2020 y 2021, creo que sería Synchro Anarchy el elegido.