Dinamarca está está en un buen momento en cuanto a exportación de bandas de calidad y los progresivos Vola ya llevan varios discos demostrando que tienen mucho que decir ante la escena prog actual. Su anterior Applause of a Distant Crowd (2018) fue un buen toque de atención para todos. Estamos ante su tercer trabajo de estudio, podemos hablar de consolidación y más si vemos que están en Mascot Records y cuentan con todo un Jacob Hansen en tareas de producción. Ambientes futuristas y juegos influenciáticos que van desde el prog de Voyager a Porcupine Tree.
Es una obra que tienes que darle escuchas pues no busca precisamente la comercialidad manifiesta y si la clase y la originalidad. Uno de sus logros es el haber conseguido algo personal y que no se corten a la hora de ampliar horizontes y meterse en jardines arriesgados. La electrónica está muy presente gracias a los teclados y sintetizadores de Martin Werener, único superviviente de sus inicios junto al vocalista.
Del disco yo me quedaría especialmente con la canción que abre Witness: “Straight Lines”, pues resume a la perfección todos los muchos fuertes que atesora el cuarteto escandinavo. Hay buenas ideas y su progresivo es cambiante y emocional. Quizá el grupo que más rápido te venga en mente escuchando este primer trallazo melódico sean los australes Voyager. El gran activo es la voz y capacidad compositiva de Asger Mygind.
El bajo protagonista de Nicolai te taladra con esos aires tan etéreos a ritmos maquinales, para luego volver a la melodía, casi onírica de “Head Mounted Sideways”. Las líneas vocales y los efectos de la producción le dan aires casi flotantes y están presentes en el tema, pero quedan acentuados en “24 Light-Years”, con pasajes tan delicados como técnicos. Atención a los detalles de la batería de Adam Janzi.
Lo más experimental es su colaboración con el rapero Shahmen en “These Black Claws”. Aquí las influencias de Massive Attack asoman con voces que van desde lo narrado al hip hop, aunque todo siempre desde el prisma original y personal, con esos coros arropando el estribillo marcado. La belleza de “Freak” es rotunda. Aquí podemos ver la evidente influencia de Neal Morse en cuanto a composición, pero también en cuanto a coros y tratamiento del tema. Melosa y efectiva.
En “Napalm” el contraste viene del nombre con la canción en si. No esperes llamas, fuego ni dureza pues aquí hay sensación de espacios abiertos y mucha melodía con un toque algo sideral. Una onda similar la encontramos en “Future Bird” en la que ahondan en su estilo y lo solidifican. Voces dulcificadas por coros y muchos teclados si bien dejan el progresivo instrumental más rotundo aparcado. Aquí se dedican más a las emociones.
Es en “Stone Leader Falling Down” cuando sacan del armario el peso instrumental y las guitarras más endurecidas. Finalizan con “Inside Your Fur” manteniendo la onda anterior y con unas guitarras sumamente pesadas. Base rítmica cayendo a plomo y jugando con detalles técnicos muy elaborados. Otra vez reaparece la sombra de Voyager, lo cual no es para nada malo.
Impresiona que el disco haya entrado en listas de varios países para un combo que, a pesar de llevar mucho tiempo en liza, podemos considerarles casi casi como una promesa. Sus tres discos son variados y su evolución es importante si bien creo que necesitarán algo más para conseguir subir un peldaño en cuanto a popularidad y reconocimiento. Lo mejor de todo es que ya suenan a ellos mismos, a Vola.