Somos pocos los fans de los australes Voyager, una excepcional banda de metal progresivo de Perth con una fuerte personalidad y estilo marcado. Sacaron en 2019 un buen trabajo como fue Colours in the Sun aunque sentían que su anterior obra, la oscura Ghost Mile (2017), no había tenido ni la repercusión que merecía en su día. Esto y el hecho de que se haya sacado el disco en vinilo por vez primera han motivado esta re-edición, que incluye tres temas en directo grabados en el festival Prog Power de Estados Unidos. Unas chucherías que siempre son bienvenidas para los devotos fans. Una buena ración de prog metalizado en clave oscura con muchos teclados y ciertas conexiones con el pop, a pesar de que en esta obra sonaron más metálicos y oscuros que nunca. No es para nada un disco fácil, aunque si te va el progresivo esta banda es una de las más personales y notables de la escena.
No hablaría de su mejor obra hasta la fecha, ni mucho menos, a pesar de que contiene todos los sabores y características que les hacen únicos. De largo me quedo con el tema que abre esta obra: “Ascension”. Trabajadísima composición capaz de aunar su estilo de toda la vida con su ascendencia oscura para el presente disco. Teclados envolventes, líneas pop y mucha potencia en guitarras y base rítmica para jugar al contraste. Ritmos sincopados y complejidad compositiva para uno de sus clásicos más evidentes. Un poco es como si To/Die/For se convirtiesen en una banda de progresivo, pero atentos, que aquí juegan incluso con voces guturales. “Ghost Mile” es el otro single del disco. La batería de Ashley Doodkorte cae a plomo en esta sucesión de estructuras en las que, como siempre, destaca la voz de Daniel Estrin. Atención al ritmo a blast beats que gastan mientras el resto va a ritmo de medio tiempo-balada. A nivel técnico es una gozada de canción.
Se muestran más accesibles en “Misery Is only Company” conectando un poco más con sus anteriores obras mucho más luminosas y pegadizas, también en esa misma línea encontramos una pieza de nivel como es “This Gentle Earth (1981)”, con un piano que inunda el inicio. Personalmente una de mis favoritas es “Lifeline” que maneja una de las mejores líneas vocales del disco y es uno de los temas más redondos y completos de toda la obra. Cadencia pegadiza e inmersión prog profunda con mil-y-un detalles solistas que van del bajo de Alex Canion, al teclado, pasando por la batería. Hay momentos muy Dream Theater. En “The Fragile Serene” suenan excesivamente atmosféricos quedando diluidos y siempre con esa pátina de oscuridad para luego tirar de tristeza evocadora en la breve pero brillante “To the Riverside”. Destapan el tarro de las esencias con muy buenos mimbres y encaran un medio tiempo pegadizo con un gran reverb en la batería de Ash Doodkorte. Vuelve la luz y la positividad, aunque bañada en tristeza. “What a Wonderful Day” es otro tema que conecta perfectamente con lo ofrecido en el disco.
Más contundente se nos muestra “Disconnected” con muchos cambios de ritmo y la dorada garganta de un Daniel Estrin que se destapa como un vocalista tan personal como solvente. Los juegos de estructuras cambiantes son complejos, pero manteniendo su cara más amable, que, a media canción, desemboca en guturales. Cierran con “As the City Takes the Night” en otra gran demostración de clase a golpe de riff por parte de una Simone Dow y un Scott Kay que en todo el disco demuestran su clase a las seis cuerdas. Como extras nos regalan un “Ghost Mile” como tema emblema (por momentos suena a Strapping Young Lad) y dos de sus más grandes clásicos como son “Lost” (jugando con el trance progresivo) y especialmente “The Meaning of I”. Buena grabación que permite hacernos una idea de cómo suenan en directo con Daniel hablando antes de los temas.
No es el mejor disco de Voyager, pero merecía ser reivindicado. Pude verles en directo presentando esta obra y de verdad que es un material que convence por mucho que haya más dosis de agresividad y oscuridad que en sus anteriores trabajos. Ahora Voyager están en Season of Mist por lo que la adquisición del catálogo les permite esta reedición con tres temas extras además de la posibilidad de adquirir el vinilo. Eran un grupo que siempre esperé para el Be Prog! a pesar de que a día de hoy no poseen todavía el estatus que merecerían. Tienen su sello personal y a nivel técnico son unos privilegiados, y todos sus discos valen mucho la pena, este Ghost Mile es una evidente evidencia de ello.