Crónica y fotos del concierto de W.A.S.P. - Sala Razzmatazz (Barcelona), 1 de abril de 2023

W.A.S.P. celebra los 40 años con una Razz a petar

Datos del Concierto

Bandas:
W.A.S.P.
 
Fecha: 1 de abril de 2023
Lugar: Sala Razzmatazz (Barcelona)
Promotora: Madness Live!
Asistencia aproximada: 2.200 personas

Fotos

Fotos por Manu Damea

Empezaba la semana de penitencias de forma, a priori, buena: una de las bandas más legendarias de los 80 venía a celebrar, tres años después, su 40º Aniversario.

Sólo había visto a W.A.S.P. en una ocasión, en aquél Rock Fest de hace ya unos cuantos años, y el regusto no era el mejor, así que, por un lado, tenía ganas de resarcirme y, por otro, estaba expectante, y sin todas conmigo, por lo que podría presenciar. Por lo que había leído, un concierto de los americanos a día de hoy es como tirar una moneda al aire, y deseaba con todas mis fuerzas que saliese cara.

Al llegar a Razz me llevé una sorpresa, creo que nunca había visto una cola tan larga desde esto de las superilles. Se perdía de vista, la verdad. Por suerte, los acreditados entramos por la otra puerta, y al minuto de abrir las puertas estaba dentro. Sería la cuarta o quinta persona en entrar, y como siempre, lo primero era ir a ver el merch. Cuál fue mi sorpresa al ver que no había. Poco a poco la sala se fue llenando, aún a buen ritmo teniendo en cuenta que quedaba una hora para que comenzase el show. La espera se haría larga.

A unos tres o cuatro minutos de empezar, salió el técnico para hacer pruebas con los instrumentos. ¿De verdad? Teniendo una hora entera, y sin haber teloneros, ¿sales quedando tan poco? Lo que me temía acabó pasando: el concierto empezó 25 minutos tarde. ¡Hombre! No sé si es cosa de los músicos y staff, sala, promotora o su santísima madre, pero estas cosas no pueden pasar. Si no llevásemos una hora viendo el escenario, vale, pero es que la llevábamos. Estaba lleno de retales como de circo añejo, muchos de ellos relacionados con el grupo y sus discos. En el centro, la batería, y en primer plano, el pie de micro, bien ataviado con una columna vertebral bien grande, como un recordatorio de lo que me dolerían los lumbares al acabar.

Como digo, 25 minutos tarde, los cuatro músicos se plantaron en el escenario (entrada un poco triste), y de inmediato rompieron con un medley compuesto por cuatro temas, a saco y sin descanso: «On Your Knees», «The Flame», «The Torture Never Stops» e «Inside the Electric Circus». El sonido no era malo, quizá la voz demasiado alta en comparación con los instrumentos (no sabría decir si era pre-grabada total o parcialmente, pero no sonó mal), y la entrega de los músicos, total. Allí estaba mi querido Aquiles Priester, dejando bien claro que,  para su técnica, la música de W.A.S.P. se le queda pequeña. Duda se lo pasaba en grande, y Blair destacaba por su buen hacer (de nuevo, no es que la música sea extremadamente compleja). Pero el absoluto protagonista, como no podía ser de otra forma, era un Lawless que cada día se parece más a la Bruja Avería.

Sin descanso y con pocas explicaciones, «L.O.V.E. Machine» puso a una Razz en sold out a cantar, y es que es uno de sus temas más queridos. Sonó tremenda. Aquí varios de esos carteles de circo cayeron, dejando a la vista tres pantallas, cosa que me repatea. En cada canción ponían el video  que tocaba, y quieras o no, los ojos se van a las pantallas dejando lo importante, lo que pasa encima del escenario, en segundo plano. Un buen ejemplo fue otro de sus grandes clásicos, «Wild Child».

Blackie, tras darnos las gracias, nos recordó que habían tenido que aplazar el concierto tres veces por el Covid, y que si estaban celebrando 40 años, su mejor trabajo (EMHO) cumplía 30. Sí, considero que The Crimson Idol (1992) no es solo su mejor álbum, sino que es un disco absolutamente perfecto, en su concepción y de principio a fin, y que nos tocarían unas cuantas canciones. Estas fueron «The Idol», «The Great Misconception of Me» y «Chainsaw Charlie». Tres temazos como la copa de un pino, aunque para un concierto hubiera prescindido de la primera y, quizá, de la segunda, habiendo otros temas tan descomunales como «The Invisible Boy», «Arena of Pleasure» o «Doctor Rocker». Cuestión de gustos y expectativas.

Con «Blind in Texas» dieron por finalizado la primera parte del show, pero quedaban los bises. Las pantallas empezaron a contar una historia. Aquella que un grupo de madres, temerosas por el giro de según qué letras y estética, querían prohibir grupos y canciones. Es decir, cargarse la libertad de expresión. Con imágenes de los juicios, nos recordaron cual fue la primera canción que necesitó el parental advisory, y no fue otra que «Animal (Fuck Like a Beast)», que puso Razz absolutamente patas arriba. Unida, en otra forma de medley, «The Real Me». Último discurso de agradecimiento y «I Wanna Be Somebody» actuó como bola de demolición, ya que todo el mundo se volvió loco. No sé si es su mejor tema, pero creo que sí es el más querido.

Y ya. Así acabó el concierto. El título de la crónica iba a ser «W.A.S.P. celebra sus 40 con un show insuficiente», y si fue insuficiente es porque fue tremendamente corto, especialmente si tenemos en cuenta el precio de la entrada. Sin teloneros, hora (casi) y media me parece demasiado escaso, en especial si tenemos en cuenta la cantidad de clásicos que se dejaron por el camino (los ya mencionados de The Crimson Idol, «Still Not Black Enough», «Hellion»…). Fue un show más que aceptable, sí, pero algo insuficiente.

Setlist W.A.S.P.:

On Your Knees
The Flame
The Torture Never Stops
Inside the Electric Circus
L.O.V.E. Machine
Wild Child
The Idol
The Great Misconception of Me
Chainsaw Charlie (Murders in the Rue Morgue)
Blind in Texas
Animal (Fuck Like a Best)
The Real Me
I Wanna Be Somebody

Xavi Prat
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Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios. Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo. Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.