A pesar de seguir a bastantes grupos de thrash metal moderno, he de confesar que no estoy muy familiarizado con Warbringer a pesar de haberlos visto en directo un par de veces. Hasta ahora, solo había escuchado singles y algunas canciones sueltas, pero solo con esto y sus actuaciones en directo, está claro que son una banda tremenda. Lo que sí he pensado siempre que los he escuchado es que son algo genéricos, difíciles de distinguir de otras bandas de dentro del género. Pero bueno, si lo que te va es thrash rápido y duro seguro que no te defraudarán, porque eso saben hacerlo de puta madre.
Así nos lo demuestran en su nueva entrega Weapons of Tomorrow. 10 temas intensos que dan para un buen rato de headbanging, con alguna que otra sorpresa inesperada que veremos seguidamente. Empezamos con “Firepower Kills”, que se parece bastante a lo que recordaba que hacían esta gente. Es un tema genial para abrir un disco de thrash, con múltiples recursos que para muchos serán un cliché pero que al menos para mí siempre funcionan. Hablo de esos golpes de plato y el grito de justo antes de la tralla, el tupa-tupa que nunca falla y los parones en el estribillo, además de unos riffs bastante típicos pero que juegan muy bien con la línea vocal.
Sigue la caña con “The Black Hand Reaches Out”, con un medio tiempo a lo Anthrax ideal para los circle pits. Se trata también del single principal del disco a día de hoy, contando con el videoclip de rigor. La cosa se vuelve a poner rápida a media “Crushed Beneath the Tracks”, con blast-beats incluidos, combinados con unos buenos grooves para mover la cabeza. La cuarta canción empieza como una “balada” de esas que hacía Metallica, que también tenían por costumbre de poner en esa posición en los discos clásicos. Nos encontramos con arpegios acústicos y partes con distorsión a lo “Fade to Black”, además de unas voces tenebrosas que anuncian lo que viene, y es que la segunda mitad podría ser perfectamente la de una canción de black metal. Gran sorpresa que no me esperaba y que no va a ser la única.
Antes de eso, tenemos un “Unraveling” donde vuelven a acelerar y nos dejan otra buena dosis de tralla para mover los cuellos, pero en la siguiente “Heart of Darkness” continúa su experimento blacker. Hasta el tono de las guitarras parece hacerse más guarro para crear ese ambiente tenebroso, mientras resalta un melódico bajo. No les ha salido nada mal, sobre todo cuando a media canción empiezan a entrar poco a poco elementos de thrash hasta fusionar con éxito los dos estilos.
También hay algunas claras influencias del death metal en “Outer Reaches” y en especial en “Notre Dame (King of Fools)” con ese rollo tan de Florida en las guitarras. Un poco más de thrash machacón en “Power Unsurpassed” y para acabar un “Glorious End” bastante épico que cierra el disco con contundencia. De este último tema también tienen un lyric vídeo que cuenta la historia de un soldado que pretende ganarse su honor luchando en las trincheras pero que al final muere en un ataque con gas sin ni siquiera ver al enemigo, quedando olvidado entre la multitud. El resto de letras también se centran en la guerra como viene siendo de costumbre, tocando esporádicamente otros temas como el colonialismo o el sentido de la vida.
En resumen, una obra que sigue en la línea de su anterior Woe to the Vanquished (2017) y que seguro que va a gustar a los fans de la banda y del thrash en general. La producción no para de mejorar disco a disco y parece que de ideas tampoco van cortos, pues siguen casi sin alterar su estilo pero sus composiciones no pierden calidad alguna. Si buscas una banda que aporte algo nuevo, mejor prueba con otra, pero si te mola esta mezcla de thrash con géneros de metal más extremos, pocas hay que lo hagan mejor y más orgánico que Warbringer.
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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.