Canadienses locos armado de buen rock, cachondeo y hard rock espacial. Se me ocurren pocas bandas comparables a estos dementes del rock con cencerro blanco y pintas de rednecks. Celebran sus 20 años de carrera con este recopilatorio tan especial en el que juntan versiones, caras B, cortes inéditos o tomas en directo que en su día no entraron en los discos editados.
Veteranos de la escena y habituales de nuestros escenarios se dan un homenaje y te dan un ticket para que vayas desde el space rock al rock directo similar a Hawkwind, a momentos sureños, algo de progresivo americano, pasando por momentos puramente Deep Purple, otros más Lizzy o artefactos extraños a lo Zappa. Su look es deudor de los Supersuckers y tienen una importante base de fans en nuestras tierras.
El “Take Me Down to Mexico” es un trallazo que empieza al puro estilo Deep Purple, concretamente es muy “Highway Star” para saltar luego a astralmente a unos teclados puramente Hawkwind. La voz aguardentosa pero aguda de Clemsen es otro de sus grandes logros, y el tema es tan sólido como potente. De los mismos Deep Purple caerá una gran versión del Black Night” pasada por su filtro locuelo.
Antes han despachado la curiosa “Black Mountain Top (Whiskey Woman)” de aires Thin Lizzy, voces dobladas, grabada en directo en algún lugar de Alemania. Puedes percibir el feeling y el éxtasis del público. De verdad que si les puedes ver en directo son más que divertidos. El space rock en loop y con guitarras abiertas y ambientes siderales asoman en “[Just] Some Things a Man Can’t Keep Inside”. Aquí suben de minutaje hasta los ocho minutos, pero para esto están estos discos, para dar cabida un poco a todo lo que ha quedado fuera.
Sorprenden con ese cambio de tercio espacial de repetitivo riff que irá acelerándose hasta el infinito en “Streetknifes ‘R’ Go!”. A las primeras escuchas se me hacía algo tedioso y repetitivo, pero me he ido enganchando a su faceta más experimental y densa. Desenfadados, directos y con aires a Kiss se nos muestran en “The ‘Bell Are on the Run”, mostrando su otra cara como banda. Grandes detalles en las guitarras y en esas segundas voces femeninas.
En “Show a Gamblin’ Man” presentan una versión primeriza de lo que terminó siendo luego este tema, incluido en Cencerro Blanco de 2003. Un tema más de raíces y con ese puntito Johnny Cash. Uno de los grandes regalos es “This Cracker’s Got the Blues” pues es el primer tema que escribió el grupo, aquí en una fase bastante avanzada pero embrionaria. Suena más metálica que la versión que terminó en su disco de 2009. Queda entre lo festivo y lo sleazy.
Luego te atrapan los aires del desierto en la ZZ Topiana “Lone Star Love-In”, con esos arrebatos guitarreros tan conseguidos. Mucho groove y feeling y ese añadido a medio tema en plan banda sonora de Ennio Morricone. “Rebel Woman” es una gamberrada sin más sobre la adicción al fitness. De verdad que deja patente eso de que sea una cara B para este tipo de discos. Para terminar el festival de estilos que nutren su música hay esa especie de homenaje a los mejores Kansas con las guitarras dobladas de Flush y Clemsen en un tema que no tuvo cabida en Viva Live Locos.
White Cowbell Oklahoma son diversión, gamberrismo made in Toronto y rednecks metidos en diferentes estilos y tesituras. Como no podía ser de otra forma la portada es un homenaje al onanismo forestal. Su visión me ha recordado mi niñez, en la que jugando a las cabañas con otros niños descubrimos un alijo de revistas porno que me hicieron perder parte de la inocencia. Ese pajillero de pueblo vio saqueado su Sancta Sanctorum. Otro logro evocador de White Cowbell Oklahoma.