Tenemos disco de Wig Wam. Tenemos, a priori, alegría y diversión. Lejos queda aquél regreso sonado, Never Say Die (2021), que nos devolvió la sonrisa a los que vemos en el cuarteto escandinavo algo más que un grupo de decidió participar en Eurovisión.
Aquél regreso marcó una tendencia: había menos purpurina y más garra, entendiéndolo todo bajo el paraguas de la marca Wig Wam. Así pues, ¿qué nos traerá este nuevo lanzamiento? ¿Seguiremos por el camino que empezaron hace un par de años o volveremos a canciones (incluso) más comerciales? Pues la respuesta es simple y compleja: quizá se han desnaturalizado un poco, pero en este Out of the Dark (2023) es, incluso, más oscuro que su predecesor (siguiendo bajo el paraguas de la marca del grupo). Hay menos alegría, menos laca y purpurina, pero más mala leche y guitarreo. Si eso es bueno o malo lo dejo a gustos de cada uno. Yo aún estoy deliberando en qué posición me acoplo.
Eso sí, es un buen disco, de eso no cabe duda. Son 11 temas buenos, algunos mejores que otros, pero que ofrecen unos tres cuartos de hora para nada despreciables. Veamos los temas.
Empezamos con el single y canción que da título al disco. “Out of the Dark” es un buen ejemplo de lo explicado: guitarras más potentes, más garra, quizá un tono más oscuro pero diversión a raudales y un estribillo que no te quitarás de la cabeza. “High ‘N Dry” tiene un riff más vacilón pero una línea vocal que solo se arregla en el estribillo. No pasa por ser el mejor tema del grupo pero tampoco desentona en el disco. Más a lo indio americano, influencia que han demostrado en varias ocasiones con ritmos e indumentaria, llega “Forevermore”, quizá con ciertos toques de Eclipse. El estribillo vuelve a ser coreable y así se demostrará en los conciertos, si la tocan. Muy AC/DC es “Bad Luck Chuck” y tiene esos mismos ingredientes: vacilón, rockero a muerte y, de nuevo, con un estribillo coreable, quizá lo Def Leppard.
“Uppercut Shazam” sigue donde el párrafo anterior lo ha dejado y vuelve a demostrar lo que decíamos al principio, ese giro en el sonido del grupo. Sigue teniendo las señas, pero sin duda es diferente a, por ejemplo, “Do You Wanna Taste It”. Más reconocible es “Ghosting You”, con coros grandilocuentes y estribillo facilón. “The Purpose”, por el contrario, nos tare una power ballad muy ochentera (esto es fácil de entender). Creo que la baladística no es la mejor faceta del grupo. Pero bueno, volvemos a la carga con “The American Dream”, una de las más destacadas. Aquí el vacile es importante y te hará mover el cuerpo quieras o no.
Encaramos la recta final con “79” me sobra completamente. Wig Wam no está para hacer temas instrumentales muy blueseros. Que sí, que Holter puede tocar muy bien, pero este tema no tiene sentido aquí. Por el contrario, “God by Your Side” es algo nuevo. ¿Tiene algo de Metallica En las estrofas? No lo sé, pero si la escucho sin saber de qué grupo es no lo hubiera adivinado en mi vida. Aquí pasamos del rock al metal. Acabamos con “Sailor and the Desert Sun” y toques folks por doquier, riffs cortantes, algo de experimentación y un poco de hachís.
Desde luego este Out of the Dark no era el disco que esperaba de Wig Wam, aunque eso no tiene por qué ser algo malo o negativo. La banda ha evolucionado, adentrándose más por el camino que empezaron a insinuar en su anterior lanzamiento. El disco en sí es bueno, de eso no hay ninguna duda, y por eso le pongo un 8, pero aún debo acabar de decidir si me gusta para ser un disco de la banda o no.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.