Que los Wishbone Ash de 2020 saquen un disco de este nivel es sencillamente para quitarse el sombrero. Lo de Andy Powell es sencillamente impresionante pues, encima, no para de girar y de tocar, o eso hacía hasta el parón obligado por la crisis sanitaria. Cuando se dice que las guitarras dobladas de Iron Maiden fueran influenciadas por Thin Lizzy cabe añadir eso de que: las guitarras dobladas de Wishbone Ash influenciaron las guitarras de Thin Lizzy. El periodo de irrupción de los Ash lo encontramos casi casi en el bajo terciario, pero ellos no quieren ser tildados de dinosaurios o fósiles en vida. No hay mas que escuchar este disco para quedarte tan asombrado como convencido. Hace bien poco Biff Byford publicaba su amor incondicional por esta banda inglesa e incluso hacía una versión de ellos, preciosa, por cierto. Quizá algunas bandas más deberían expresar cuánto les deben a esta gente…
“Sería correcto describir la formación actual como la mejor en la historia de Wishbone Ash. Todos amamos la vida de músico, el contacto directo con nuestros fans, el viajar, nuestros conciertos, nuestras canciones… Es el compromiso de todos los involucrados cuando escuchas las notas de Coat Of Arms”. (Andy Powell)
Palabras mayores en “We Stand as One”. Es impresionante cómo engancha esta pieza maestra en la que la voz y la guitarra del líder asombran a la vez que firman un riff de chapeau. Un single de manual y un nuevo clásico para la banda. “Coat of Arms” da nombre al disco y aquí las guitarras dobladas ganan terreno y hay partes en las que suena a rock sureño de pedigrí. Sutiles cambios de tiempo y mucho groove en un tema que se enfila hasta los más de ocho minutos. Destacar cabe esa preciosa pieza que es “Empty Man”. Gran composición, muy bien llevado y en la que las guitarras acústicas tienen todo el peso. Uno espera de Wishbone Ash que las guitarras sean de 10, así que aquí tienes lo que esperabas. Genial esa trompeta como arreglo en momentos puntuales. Otro himno más para el grupo.
Sorprende en sobremanera la calidad del material como la atesorada en “Floreana” pues lo normal es que caigan en devaneos instrumentales recordando el pasado, pero aquí los temas van mucho más allá del excepcional nivel de músicos como JoeCrabtree. El sonido de la batería es profundo y absolutamente acústico. Bob Skeat al bajo es un hacha y no se queda lejos a nivel de digitación que los dos grandes guitarras del grupo. Es impresionante la calidad de piezas como “Back in the Day”. Han actualizado su sonido a pesar también de que hay varios homenajes a su glorioso disco Argus como veremos a continuación. Pero hay que destacar la inmensa gracia a la hora de componer, el sonar actuales y el saber mantener todas las características de antaño. Es en “It’s Only You I See” cuando un poco rememoran sus tiempos de máxima popularidad y en la que el líder y el gran guitarrista Mark Abrahams se dan un festín de guitarras.
El listón sigue alto en la refrescante “Drive”, con esas voces dobladas que tanto color dan a una línea vocal que la acompaña también la guitarra de Abraham. Disfrutas de un corte tan bello como “Too Cool for AC” por ese riff tan pegadizo de guitarras que domina el tema y los juegos constantes a las seis cuerdas. También el bajo cobra mucho protagonismo aun siendo muy grave y presente. El tratamiento medieval y con acústicas de corte muy clásico en “Consider Me Now” da otro aire al disco, más académico, pero igual de atrayente y con todo el gancho. Me parece uno de los temas más redondos de la obra. Para luego despachar un “When the Love Is Shared” con aires de blues combinado con algo de hard rock más 80. Otra vez vuelven a cargar el riff de guitarra de calidad. El groove de fondo de la canción reposa en la base rítmica con un aire funk delicioso. “Personal Halloween” es un tema correcto pero muy enfocado a cumplir y nada más, con ese toque bluesy.
Impresionante que esta gente sea capaz de marcarse un disco como este en pleno 2020. Wishbone Ash empezaron en 1970 y tocaron “su” cielo en 1982 por lo que llevan décadas ofreciendo buen material para sus fans más devotos, que no son muchos, la verdad. Es un nombre que ha quedado algo olvidado especialmente en nuestras tierras, y a pesar de la inmensa calidad de una obra como esta Andy Powell difícilmente ya vivirá otra segunda juventud o un éxito rotundo. Debemos conformarnos en que el mundo vuelva a rodar como antaño y que en una gira de sala pequeña podamos disfrutar de los padres de las guitarras dobladas. Obviamente el material de Argus y There’s the Rub suelen capitalizar su directos, pero de verdad que no me importaría nada que le dieran mucha cancha a su flamante Coat of Arms. Aparte, han entrado en listas de cuatro países, lo cual no está nada mal Enhorabuena maestros.