Los ingleses Wishbone Ash son unos supervivientes de la era setentera. A ellos se les suele citar como los primeros en hacer el juego de las twin guitars, incluso antes de Thin Lizzy, y así fue. Andy Powell lleva toda la vida y más a los mandos de un grupo que lleva desde 1969. Bob Skeat es su gran escudero al bajo (lleva con él desde 1997), y los dos miembros más actuales son Mark Abrahams que entró en la edición de Coat of Arms y de Mike Truscott, casi recién llegado, pero perfectamente acoplado a la maquinaria del grupo. Sirve este disco en directo para rememorar su legado y demostrar que ya están en plena forma para ofrecer buenos directos. La banda está perfectamente acoplada y el único, pero del redondo es que el público apenas se le oye entre canción y canción.
Los casi ocho minutos de “The King Will Come” les sirven para entrar suavemente con los juegos de guitarras por parte de Andy Powell y Mark Abrahams. Hay ese sabor añejo y la clase de antaño bien presente, coronada por la voz de Powell. Largos desarrollos a medio tiempo, todo reposando en el bajo de un Bob Skeat muy fiable y con bastantes adornos. Una de las grandes joyas del Argus, el gran clásico del grupo. “Warrior” es otra de las piezas de esa tamaña obra y hay ese inicio tan guitarrero y sentido. Hay ese feelingonírico e hímnico en el que puedes imaginarte el reposo del guerrero.
Y siguiendo en el memorable álbum de ese guerrero futurista en portada está la delicada y preciosa “Throw Down the Sword”. Es de largo uno de sus mejores temas y esa progresión que avanza con la voz de Andy Powell al frente llega a emocionarte. Debo decir que son una de esas bandas a las que hasta día de hoy no he podido llegar a ver. “Rock N’ Roll Widow” con unas guitarras que al ir dobladas casi que suenan sureñas, pero que en sus manos quedan como algo diferente y mucho más inglés. Hay esos tramos densos con sus desarrollos casi progresivos y esa guitarra de Abrahams que imita el canto de las gaviotas casi. Terminan con aplausos algo tímidos.
“Ballad of the Beacon” es del mismo disco que la anterior: Wishbone Four y hace honor a su nombre. Evocadora y cálida, muy sencilla para lo que suelen perpetrar, pero aquí está la magia del tema, dar otra vertiente de su sonido y clase. Esa misma onda lleva esa tonada en clave blues de “Baby What You Want Me to Do”, siendo una gran versión ya clásica en su haber de Jimmy Reed que en su día hicieron suya. Ecos de coetáneos como Ten Years After o Rick Derringer. “The Pilgrim” es una de las grandes canciones que dominaban ese disco titulado como Pilgrimage anterior a su obra cumbre. Casi 10 minutos de largo desarrollo con detalles en los platos por parte de Mike Truscott. Riff hipnótico en sus andares y largo solo de guitarra en el que la batería se va luciendo a la vez que marca el paso del peregrino. Variaciones con repetición muy bien llevadas.
Bellos fraseos de guitarra en los versos de “Blowin’ Free”, que contiene algunos de los mejores solos del disco. “Jail Bait” tiene ese groove tan conseguido que te atrapa y que bebe del blues clásico. Es un tema de puro directo y la cosa avanza cual locomotora, pero sin llegar a esas velocidades excesivas. No sólo es que se doblen las guitarras, es que el bajo también se suma para deleite de los presentes, y eso lo podemos escuchar con esos cánticos de pregunta-respuesta.
“Lady Whiskey” si posee el feeling de la locomotora avanzando en otro gran festival de guitarras. Si son leyendas es por temas así en los que algo de Southern rock hay y te pueden hacer pensar enseguida en Lynyrd Skynyrd o Blackfoot. Terminan con “Phoenix”, renaciendo de las cenizas del olvido en sus más de 11 minutos de festival. Hay momentos absolutamente tremendos con la “gallina de piel” activada. Piezas como esta te demuestran que Wishbone Ash es un grupo absolutamente maravilloso y avanzado a su época. Ese momento de jam final es realmente impresionante.
Sorprende que no esté aquí “The King Will Come”, pero tampoco nos vamos a quejar con esta exhibición de música de época a manos de un grupo fundamental que la historia ha dejado como de puro culto. Wishbone Ash demuestran con este directo que siguen estando a la altura de su leyenda, con un Andy Powell a un nivel espectacular. Si con Coat of Arms demostraban que tienen buen material de nuevo cuño, con The King Will Come te recuerdan que su legado sigue sonando vigente y potente.