Cinco años ya han pasado desde que los holandeses sacasen una gran obra como fue Hydra y luego demostraron que en directo son matadores y poseen un nivel excelente a la altura de lo que se le supone a una banda de sus características. Pero este último lustro Sharon Den Adel ha disfrutado de la libertad de hacer un disco en solitario… y el grupo se ha resentido. Resist es una fiesta del sampler en detrimento de las guitarras, una evolución que les acerca al gran público pero que deja el peso de la banda en poco. De hecho, el resultado final parece otro álbum en solitario de la diva. Hay buenos estribillos, algún tema que es rotundo, y la sempiterna voz de Sharon. Pero de guitarras… ni rastro casi. Por otro lado, cabe subrayar que en este hiato de cinco años el grupo ha pasado por malos momentos, especialmente la pareja formada por Sharon y Robert Westerhold. Un poco el disco (fijaos sino en el título) evidencia el agotamiento y el resurgir.
Ya en “Endless War” la cosa se basa en el poderío vocal de una vocalista que se acerca al pop sin miramientos, bien apoyado por efectos y tecnología. Y no está nada mal, pero es que estamos hablando de Within Temptation. Ese abuso de la fórmula hace que en muchos momentos las canciones suenen excesivamente iguales. Antes te alegran la existencia con una potente “The Reckoning” en la que cuentan con Jacoby Shadixx de Papa Roach. Una composición que en el verso tira de samplers pero que no escatima ni en fuerza ni en pegada en puente y estribillo. Suena a Within Temptation y está apoyado por un gran videoclip de escenario marciano. Jacoby encaja perfectamente en el dueto y el tema. De lo mejor de la obra juntamente a la gran participación de Anders Fridén de In Flames en “Raise Your Banner”.
La nueva orientación compositiva y comercialoide queda perfectamente reflejada en “Supernova”. Un corte que te tira de espaldas de buenas a primeras pero que con las sucesivas escuchas vas aceptando poco a poco. Festival de samplers y teclados por parte de Martijn Spierenburg en un acercamiento pop sin paliativos. Las voces operísticas del tramo final le dan ampulosidad y épica en un final que nos recuerda los muchos grandes momentos que nos ha dado esta banda. La excelsa forma de cantar de Sharon destaca en un “Holy Ground” suavizado y accesible con muchas capas de samplers y una cierta orientación folk en la línea vocal. De verdad que no termino de entender el por qué han necesitado hasta tres guitarristas para grabar este disco. Otro buen ejemplo de ello es “In Vain” en la que se vuelven a guardar las guitarras para el puente y estribillo.
Templanza y pop para un “Firelight” que ha quedado excesivamente ñoño y eso que cuentan con Jasper Steverlinck. Mejoran las cosas en un “Mad World” en el que vuelven a sobresalir voz y bases pregrabadas, aunque aquí sí se puede apreciar el excelente nivel compositivo que siempre ha atesorado el grupo. Gran estribillo a pesar de la accesibilidad manifiesta. La tonada de “Mercy Mirror” vuelve a demostrar que hay temas que poseen alma y un muy buen trabajo de composición pero que desprovisto de guitarras queda lejos de lo que uno espera de una banda como Within Temptation. El cierre lo pone “Trophy Hunter”, más ampulosa, pero sin novedades importantes, siguiendo la línea marcada del disco.
Quizá este sea el paso lógico de Within Temptation hacia un éxito más masivo, pero me cuesta reconocer a los creadores de Mother Earth o incluso a esa gran banda que firmó Hydra. Las cosas han cambiado y el bache vital de sus líderes se traduce en un producto en el que sobresalen las bases pregrabadas y la voz de la enorme Sharon Den Adel. La banda ha quedado difuminada y da la impresión de que estés escuchando un disco en solitario de la cantante, eso sí, con grandes colaboraciones y un sonido excepcional. Habrá a quien le encante esta obra, pero más allá de temas puntuales, la decepción es grande. Se echa de menos el metal gótico-sinfónico con el que les conocimos.