Wolfheart – Draconian Darkness

Desde la glacial y distante Finlandia nos llegan fríos y gélidos lamentos, cortantes y desgarradores aullidos. El ya séptimo trabajo de Wolfheart, enésimo proyecto (y hasta ahora el más longevo) del prolífico Tuomas Saukkonen sale a la venta (si es que aún se venden discos) el próximo 6 de septiembre, bajo el sello Reigning Phoenix Music, y cumpliendo con la regularidad a la que nos tiene acostumbrados, un disco cada dos años, desde que se inició el proyecto.

Draconian Darkness es un disco de death metal melódico de la más arraigada tradición escandinava, tal como vienen siendo los trabajos de Wolfheart desde hace más de una década. No obstante, siempre es inevitable resistirse a una cierta deriva musical. El sonido de Wolfheart de 2024 añade a una base de medios tiempos una serie de ráfagas de blast beat en momentos muy bien elegidos, estribillos con voces limpias partes orquestales, e incluso tiene su momento djent, como veremos más adelante. Con todo esto, la principal característica de Draconian Darkness reside en la enorme capacidad que tienen su composiciones de evocar de forma épica los helados e inhóspitos paisajes de la tierra natal de la banda.

El trabajo empieza con una secuencia orquestal que previsiblemente servirá para iniciar los conciertos de la gira. A continuación, un riff groove da paso a “Ancient Cold”, un tema muy variado con estribillo limpio, blast beats y partes orquestales.

A partir de aquí, la tónica general del disco consiste en medios tiempos con estribillos con voz limpia. Ejemplos de esto son los singles “Grave” o “Trial by Fire”. En lo que se refiere a la vertiente épica del trabajo, el mejor ejemplo lo tenemos en “Evenfall”, un tema de cariz más lento y majestuoso y uno de los motivos por los cuales merece la pena escuchar este disco. Por su parte, “Death Leads the Way” carece del componente épico, pero lo sustituye por una marcada melancolía cercana a lo que suelen exhibir sus paisanos de Insomnium.

Por si esto fuera poco, Draconian Darkness se nutre de otras influencias, como puede ser el metal sinfónico o el djent. “Scion of the Flame” es un tema lento en el que el doble bombo no deja de sonar casi en ningún momento. Es un tema que combina, como hemos dicho, lo épico y lo hipnótico. Por su parte, “Throne of Bones” combina todo lo anteriormente dicho con un riff que tranquilamente podríamos haber encontrado en un disco de Meshuggah.

Finalmente, “The Gale”, pese a no ser un tema excesivamente largo (y vemos que no hay ninguno en todo el disco), sabe resumir la esencia.

Pues bien, este nuevo trabajo de la banda de Tuomas Saukkonen puede que para muchos no sea el mejor de su trayectoria, pero lo que no admite discusión es que es un disco muy sobresaliente. Una persona (o un grupo de ellas) que domina con semejante maestría tan amplio abanico de registros y de recursos no merece la etiqueta de mediocre. Ahí, precisamente, reside el mérito de esta persona (o de esta banda), en que cada uno de sus discos, y este no es ninguna excepción, ofrece momentos cañeros, épicos o melancólicos perfectamente dispuestos, perfectamente pensados y perfectamente colocados a lo largo de su metraje. Cuando uno recibe influencias de origen diverso y las sabe utilizar tal y como podemos escuchar en Draconian Darkness, no se puede hablar de mediocridad. Otra historia es que esas influencias gusten o no. Eso ya depende de los gustos de cada uno.

El único punto oscuro que he encontrado en el disco es una cierta falta de pegada en el sonido de las guitarras, especialmente en “Grave”. Tal vez hubiera sido un 10…

Franz S. Heiligen

Soñador en tiempos de hierro, solitario corredor de larga distancia, disfruto tanto de leer un libro en el más absoluto silencio como de la música más salvaje imaginable. Y a veces escribo algo.