Si por algo se puede caracterizar el señor Tuomas Saukkonen es por ser un incansable trabajador. Podemos dejar de lado el detalle de que hace unos años, cuando era un poco más joven que ahora, llegó a militar hasta en cinco bandas (a día de hoy ha reducido ese número a tres) y que el primer disco de Wolfheart (Winterborn, 2013) lo compuso y lo grabó prácticamente él solo porque en aquella época gozaba del ímpetu propio de la juventud, ese ímpetu que se cura con el tiempo. A día de hoy, tan sólo han pasado dos años desde la publicación del LP de la banda, Wolves of Karelia (2020), y uno desde la publicación del EP Skull Soldiers (2021), manteniendo una regularidad férrea, en cuanto a la publicación de trabajos se refiere, desde el inicio de este proyecto en 2013.
King of the North llega de la mano de Napalm Records con un puñado de temas que hablan, a modo de disco conceptual, de diferentes historias presente en el corpus literario de la mitología finlandesa. Durante los nueve cortes de King of the North nos internamos de lleno en el gélido y cortante paisaje de los bosques de Finlandia de la mano de voces desgarradoras y riffs atronadores combinados de forma muy acertada y casi milimétrica con melodías épicas y estremecedoras. Por decirlo de una forma más mundana y menos metafórica, Wolfheart en general y King of the North en particular son perfectos si piensas que sus compatriotas Insomnium son una banda algo carente de contundencia. Vaya por delante que este humilde redactor, pese a ser un incondicional de Saukkonen y compañía, no se encuentra entre esas personas.
De los tres singles lanzados antes del estreno del disco, el primero de ellos, “Ancestor”, es un tema veloz y atronador que en el estribillo muta en épico y parsimonioso, en parte gracias a la voz limpia y harmoniosa de Jesse Leach, vocalista de Killswitch Engage. El segundo de esta tríada, “The King”, ocupa justo el corazón del disco y empieza con un inesperado arpegio de piano, al que le sigue un medio tiempo muy épico, y con ciertos atisbos sinfónicos, que recuerda a aquellos riffs tan típicos de Iron Maiden, justo antes de oír la voz rasgada, aunque no gutural, de Karzis. “The King” sirve como contrapunto perfecto a “Ancestor”, en tanto que nos presenta una versión de Wolfheart menos agresiva, más calmada, aunque no por eso exenta del virtuosismo y de la exacta mezcla de componentes musicales que ha caracterizado el sonido de la banda desde sus inicios.
Finalmente, este trío queda completado con “Cold Flame”, que además sigue a “The King” en el metraje de King of the North. “Cold Flame” es un tema algo más ecléctico y más tendente a lo progresivo, con diversos cambios y con una complejidad que tal vez no encontramos, o no a este nivel, en los demás temas. La participación de Karl Sanders, vocalista y guitarrista de Nile, juega un papel importante en este aspecto.
De los demás cortes de King of the North, cabría destacar temas como “Knell”, que posee una melancolía tan fría como las heladas montañas que la inspiraron, la aparentemente sucia y estridente “Desolated Land”, o la guinda final que supone un tema como “Eternal Slumber”. Este último corte tiene una progresión un poco más lenta, es menos directo, pero no por eso pierde la capacidad de romper cervicales y a la vez la de conmover, que es la señal distintiva de este trabajo.
Lejos de ser una sorpresa, este nuevo trabajo de Wolfheart contiene todos los elementos que caracterizan al sonido de la banda. La amplitud de recursos, la perfecta combinación de velocidad y contundencia con melodías épicas y melancólicas y esos leves toques de complejidad hacen de Wolfheart una banda que ha hecho méritos para ocupar el lugar que ocupa. King of the North sería, pues, un glorioso capítulo más de una no menos gloriosa leyenda que muchos esperamos que tarde mucho tiempo en llegar a su fin.
Soñador en tiempos de hierro, solitario corredor de larga distancia, disfruto tanto de leer un libro en el más absoluto silencio como de la música más salvaje imaginable. Y a veces escribo algo.