Cuando te encuentras de golpe y porrazo con un grupo que tiene un nombre de esta categoría pueden pasar dos cosas: o que sea una parodia y no tenga mucha calidad o que sea una «parodia» pero que te vuele literalmente la cabeza. Con ellos me ha pasado lo segundo.
No os voy a descifrar que significa el nombre, solo deciros que son las siglas (manda huevos), una amalgama de conceptos que podéis encontrar en la red de redes sin problema googleando un poco. Su mezcla de estilos los hace muy pero que muy recomendables para todo el que esté acostumbrado a lo más brutal ya que en su música juegan con el death metal, el brutal, el grindcore y grindgore, el slam e incluso surf rock, hip hop, trip hop, electrónica y alguno más que me dejo en el tintero. La verdad que puede apabullar un poco tanto género y estilo mezclado pero la verdad que saben jugar muy bien sus cartas.
El disco salió en verano del año pasado pero lo descubrí hace unos meses así que no viene mal una reseña algo dilatada en el tiempo pero que es una buena excusa para daros a conocer una obra que merece la atención de todo amante de los sonidos más extremos. Además, en octubre de este año, los tendremos en la sala Rocksound removiendo los cimientos de Marina en una velada que se antoja memorable gracias a las promotoras Venado Booking y Octopuss Prods. que nos los traen para nuestro deleite (y los teloneros no se quedan cortos).
El disco consta de 23 cortes con una duración de una hora y siete minutos aproximadamente, algo que puede tirar un poco para atrás pero que se escucha en un periquete y no podréis parar de mover vuestras cervicales. Además, siendo tan variado no hay ningún momento para el aburrimiento.
Sin dilatación, aix, perdón, sin dilación quería decir, te meten en su mundo sin avisar. Mother fuckers!!! y venga, a todo trapo. 40 segundos que conseguirán freírte alguna neurona y tan solo acaba de empezar. «Bone Saw» es un festín de brutalidades varias, pig squeals y pura diversión. Aquí ya te queda el culo torcido cuando meten un trozo melódico, jajaja, vaya pandilla. Ah, y el sonido es espectacular, contundente y nítido pudiendo apreciar cada uno de los instrumentos que suenan.
Con «Space Cowboys» arremeten contra nosotros a base de guitarrazos y dobles bombos imposibles. El bajo, muchas veces protagonista hace tambalear hasta nuestro equilibrio, vaya burrada. Pero bueno, se ponen en plan cachondeo total con esas influencias de, ¿Beach Boys? Pues puede ser, no esconden sus gustos pero aquí está la gracia, que los mezclan con un saber hacer que no es normal. En resumen, UNA FIESTA.
«Invoke the Smoke» no baja el acelerador y siguen con sus burradas para que tu no pares de mover el esqueleto con unas partes muy hardcore, sobre todo en los coros. Momentos puntuales totalmente gloriosos.
Casi todas las canciones son cortas, entre dos y tres minutos y las más largas superan un poco los cuatro por lo que su escucha es amena y divertida. Me cuesta entender como gestiona su cantante la gran cantidad de registros de los que hace gala, vais a flipar, en serio.
Vuelve el hardcore y esas partes tan brutales en las que mezclan de todo. Viva el grindcore experimental. En «Sentient Black Hole» hacen gala de una técnica en las guitarras envidiable con sweep pickings y solos de gran factura. ¿Puede un ser humano tocar el doble bombo a esa velocidad? Pues no lo sé, en directo lo comprobaremos.
¿Qué significa la colonia? ¿Qué harías por la colonia? Con un inquietante y oscuro discurso nos presentan «March of the Ants», otra locura más. Brutal death, grind y casquería. Pero que buenos son. Me los imagino todo el rato poniendo caras, unos cachondos de mucho cuidado pero su música es más seria que un discurso de Putin con el botón rojo en su mano, o sea, que no es grindcore de ese inconexo y ruidoso.
Otra vez un doble bombo de esos de infarto y una canción que es pura adrenalina con unas partes slam totalmente devastadoras. «Dicks Out of Harambe», nada más que añadir.
El surf rock hace acto de presencia en un temazo como es «Children of the Swine King», mucho más calmada aunque no por mucho tiempo, jajaja, bueno, hasta country nos meten sin avisar, sin vaselina, ale, directamente y luego gorrinos de los buenos, jajajaja. En serio, si no los habéis escuchado alucinaréis.
Sin perder la compostura vuelven a su «estilo» central con una buena dosis de brutal en el corte «Exhumed Skeletal Uprising», de las mejores canciones del disco con unas partes memorables y unos geniales riffs de factura impecable. A excepción de los gorrinos me recuerdan a Aborted.
«Smokebreaker» es como un experimento, una canción rollo jazz/blues con unas guitarras delicadas en contraste con una batería hiper acelerada y haciendo de todo menos lo que debería. 55 segundos que saben a gloria. Con la siguiente también sorprenden con una intro acústica, bonita, pero espera, ¿se ha cambiado el disco? No. Solo era una amago para crear una especie de blackened death metal, será por géneros.
Y es que estos chavales te demuestran corte tras corte que son unos grandes músicos y que no tienen miedo a nada. Otros grupos lo intentan y se quedan en eso, en un intento.
Suaves y delicados se presentan con la canción «Veil of Moonlight» pero no por mucho rato. Una canción de corte más clásico aunque tiene detalles totalmente aplastantes con unos buenos ritmos y grandes riffs. Con las dos siguientes vuelven a mezclar de una manera exquisita teniendo las dos un desarrollo bastante parecido.
«Surf Ups Goths» es un torbellino de metal extremo. Esto despierta hasta a un muerto. Aunque con «The Library Murders» si que te quedas todo loco. Una canción sin distorsión en las guitarras, muy curiosa, efectiva y sobre todo divertida.
A partir de este momento el disco se vuelve un poco más experimental (si no lo había sido hasta ahora) pero es que ya la mezcla es como de otro planeta y confieso que a las primeras escuchas la cosa no me cuadraba mucho, pero nada, son unos cracks.
Hey, wait!! Esta base es como muy ¿hip hop? Bueno, te viene a la cabeza de inmediato GTA San Andreas pero… buff, trallote de nuevo. Son unos cachondos y se notan todos sus gustos e influencias y oiga, ningún reparo señoría. Al final vuelven con esa base gangsta. Aunque es en «Sell Your Soul» donde sacan toda su vena rapera, pero es ese rap oscuro y agresivo que claro, no dudan en mezclar con su particular manera de ver el metal extremo.
Venga, ya vamos llegando al final y no está siendo muy duro, ¿no? Una rápida y arreando. «Hot Box Suffocation» es a medio tiempo con unas partes aplastantes aunque los ritmos acelerados y esa batería inhumana hace acto de presencia. Pura diversión.
«GORE» nos avisa que esto ya se está acabando. La que da título al disco es un gran escaparate donde encontramos todos los elementos que forman su música y sin darte cuenta ya estás con «Consume the Cosmos» con una intro muy psicodélica para acto seguido seguir demostrando lo buenos músicos que son con unos leves toques de jazz y blues.
Un disco curioso que a lo mejor no escucharás de principio a fin, o si, pero que de buen seguro te hará pasar un buen rato y si lo escuchas con colegas las risas están aseguradas.